Entrevista exclusiva para radio Pichincha Universal, el abogado defensor de la familia de Fausto Valdiviezo, Julio César Cueva, propone dar un nuevo giro entorno a este caso, encontró un eslabón perdido.
El abogado de la familia de Valdiviezo (madre y hermano), descarta que el móvil de vinculación sea el medio de comunicación en el que había trabajado y lo enrumba desde una perspectiva de venganza de familiares políticos.
Para el abogado Cueva, “luego de 6 años de mantener la misma línea de investigación en el sentido que el asesinato de Fausto podría tener algún tipo de connotación política o vinculada al trabajo, se ha agotado esa línea de investigación y se inició una nueva, que normalmente son los que adoptan los buenos investigadores, en este caso a quienes tenía como enemigos la víctima, incluso dentro del entorno familiar”, indica.
Han realizado investigaciones que dan indicios de las motivaciones del asesinato de Fausto Valdiviezo, el cual es un problema no relacionado con deudas, sino con su familia política. En esa línea se ha podido investigar a alguien que tendría esa vinculación familiar y por otro lado con personas que lo asesinaron.
Lo más complejo de esta declaración que hace Julio Cueva es sobre “el vínculo entre una persona que pide el asesinato y de quien lo ejecuta. Esa persona será llevada a declarar, estaría vinculada directamente dentro del ámbito político familiar, y de quien pide la muerte de Fausto, vinculada por su un alto nivel de amistad, es decir, él es el eslabón perdido. Es el intermediario que se encarga de contratar a los sicarios” dice el abogado.
Indica Cueva que hubo cantidades de dinero previas al asesinato de Fausto que todavía no se han justificado, que las personas sospechosamente se niegan entre sí, como que no se conocieran, pero lo más extraño es que a lo largo de 6 años comparten los mismos abogados que los defendían, lo cual incrementa las dudas.
En esa línea, la fiscalía pidió una formulación de cargos, la que quedó en suspenso, por la cercanía de amistad entre el abogado y un fiscal, lo cual determinó que el expediente vaya a manos de otro fiscal, quien retomará las investigaciones en el mismo sentido para recabar elementos de convicción y dar con las personas que asesinaron a Fausto.
Lo que si corrobora con certeza el abogado, es que el asesinato no tenía nada que ver con su labor de periodista ni con el Gobierno anterior. Para él la “metida de manos del gobierno anterior” perjudicó la investigación demorándola sin que conozcan los resultados a tiempo.
“Ya se hubieran dado los resultados que ahora se conocen. Es decir nos pudimos ahorrar 6 años”, Insiste el defensor.
“El malentendido de una supuesta relación con alguien vinculada a su familia política cuya existencia no se habría verificado, generó el problema que terminó con la vida de Fausto”.
Según Cueva, “sospechosamente el hijo de Fausto que debería estar en la misma línea que nosotros porque yo represento al hermano del occiso y a la madre, él (hijo) hace declaraciones en redes sociales y después las desmiente en la fiscalía, tiene una línea que trata de desviar la atención en vez de coadyuvar con la misma”. Lo cual afianza más la sospecha de que personas del vínculo familiar son cercanas al asesinato.
“Es un conflicto familiar emocional y sentimental, no tiene nada que ver con temas de deudas ni nada por el estilo”, concluye Julio Cueva.
Es necesario recordar que el periodista fue asesinado hace seis años en el sector de la Atarazana, norte de Guayaquil, a solo tres metros de la casa de su madre. Ella escuchó tres disparos y cuando salió vio a su hijo baleado en el interior de su vehículo.