Editorial de Radio Pichincha
Lo dice el Ministerio del Trabajo, del Gobierno del mismo presidente que ha puesto publicidad en todas las redes sociales de manera grosera: 83 315 personas se quedaron sin empleo en el país, desde enero hasta el 5 de febrero de 2024.
Entonces, volvemos a preguntar: ¿por qué le mienten al país? ¿Por qué nos quieren convencer de que todo está mejor o, al menos, se hacen esfuerzos por mejorar la situación de inseguridad y de empleo?
Así no se vale, diría el Chavo del Ocho. Y no es chiste. Si se revisan todos los spots publicitarios, en todas las redes sociales, nos dicen que se incrementaron los empleos en una cifra de 50 mil. A partir de ese dato, además, la Mafia Mediática intensificó los análisis y las alabanzas al Gobierno.
¿Quién miente entonces? ¿El Ministerio del Trabajo o el presidente Noboa y la Secretaría de Comunicación?
Pero cualquiera que sea debe explicar al Ecuador entero por qué unos dicen una cosa y otros otra.
Solo en Pichincha las actas de finiquito o terminación de contrato suman 25 671. Muy de cerca está Guayas con 24 355. Por debajo de los 10 000 aparece la provincia del Azuay con 5 470; Manabí con 4 801; El Oro con 3 427; Los Ríos con 2 341; Tungurahua con 2 516 y Cotopaxi con 2 169.
Y, según la misma cartera de Estado, en 2023 hubo 759 513 actas de finiquito; en 2022 fueron 750 723 y en 2021, 831 238. Es decir; desde el gobierno de Guillermo Lasso, el “Peor Presidente de la Historia”, creció el desempleo y no se ha recuperado. No nos vengan con el cuento de que estamos recuperándolo, cuando vemos que miles de personas se van del país, muchos optan por la informalidad y otros, incluso, prefieren el suicidio.
De todo esto hay dos conclusiones:
- La transparencia no cuenta, no existe y por lo mismo hay un fraude político de altas proporciones, que no puede quedar, al menos, sin explicación.
- Ya Daniel Noboa está en campaña por la Consulta Popular y por su reelección. Sino no se entiende todo esto. Y si es así repite lo ocurrido en la campaña electoral del año pasado: ofrecía unas cosas y ahora no cumple ninguna.
Entonces, por responsabilidad y honestidad pública debe decirnos “toda la verdad y nada más que la verdad” porque ya no es candidato, ahora es Presidente y eso obliga a lo fundamental: NO MENTIR. PUNTO