Editorial de Radio Pichincha
Es muy difícil caracterizar a quien dice unas cosas, luego otras, pero todas desde una condición bastante precaria para sentir que su elección como Vicepresidenta no le abrió los ojos para entender el lugar que ocupa en este momento de la historia.
Quizá nunca imaginó ganar las elecciones con su binomio. Incluso, participó como para darle continuidad a su búsqueda de reconocimiento político, que no lo tuvo cuando fue funcionaria del gobierno de Guillermo Lasso. Y, posiblemente, también hizo algo que cambió toda la perspectiva de su compañero de fórmula que hizo imposible mantenerse a su lado, en todo lado y como un equipo de trabajo.
Cierto que mandarla a Tel-Aviv no es poca cosa. Es prácticamente delegarla a la deriva, al vaciamiento de su condición de Segunda Mandataria. Y ojalá algún día Daniel Noboa dé sus explicaciones o razones para una medida extrema.
Sin embargo, ella ayer quiso colocarse en la escena política con una rueda de prensa, que de paso dejó mucho que desear de su talante político, de su talla intelectual, frente a las expectativas creadas.
Es que también hay que ir un poco atrás para entender por qué ahora surgen estos problemas. Cuando se decide la paridad de género, varios candidatos colocaron a cualquier persona con tal de que sea mujer y cumplir con la ley. No hubo un proceso de selección, de internas, ni nada que se le parezca. El único binomio que tuvo un acto de discusión y de presentación de candidatos fue el de la Revolución Ciudadana. Luisa González fue la única candidata mujer y su compañero, Andrés Arauz, ya tuvo una participación presidencial. Lo cual dio otra perspectiva a la fórmula.
¿Fue por eso por lo que escogieron, así, al apuro, a Verónica Abad y ahora se arrepienten? ¿Para llenar el formulario? Seguramente sí, posiblemente nos equivocamos, pero como no hay declaraciones ni nada que, al menos, aclare o explique, la situación, siempre quedará la duda.
Pero lo más grave de ayer es que la Vicepresidenta hace una rueda de prensa para decir que no la invitaron a varios actos oficiales, que acepta la delegación a Israel, pero, luego, en una entrevista, con un canal, dice que se va porque Noboa ha hecho un acuerdo con la Revolución Ciudadana.
¿Por qué no lo dijo en la rueda de prensa? ¿Quiere el apoyo de las barras bravas del anticorreísmo que están sedientas de venganza y de hacer lo imposible por proscribir a esa organización política? ¿La muletilla de siempre para ganarse el aplauso de los odiadores?
En todo caso, tenemos por delante un conflicto irresuelto, que podría agravarse si salen a la luz las verdaderas causas del divorcio entre las dos más altas autoridades. Y si es así, no estaría mal una explicación clara, urgente y muy política de Daniel Noboa. PUNTO