Editorial de Radio Pichincha
En los últimos seis años Ecuador ha sido víctima de dos gobernantes que demostraron incapacidad absoluta para dirigir el país. El primero pasó cuatro años culpando a su predecesor de que no le dejó la “mesa servida” y su única misión fue perseguir a sus adversarios políticos.
Luego vino Don Guillermo, quien ha superado todas las expectativas. Nadie se imaginó que podía existir un peor presidente que Moreno, pero él se esforzó para demostrarnos que siempre se puede caer en peores manos.
El mandato de Lasso termina de forma anticipada porque evadió un proceso de fiscalización, por denuncias de corrupción y por los presuntos vínculos de él y su cuñado con la mafia albanesa.
Además, en 29 meses de gobierno fue enfático en demostrar que nunca le interesó el país, sino que siempre prefirió a su banco.
Todo esto ahondó la grave crisis económica y de seguridad en Ecuador. Nos convertimos en uno de los países más inseguros del mundo. Los atentados, asesinatos y sicariatos se convirtieron en algo cotidiano y el crimen organizado está infiltrado en la Policía, Fuerzas Armadas y en todo el Gobierno.
Por eso, la decisión que tomemos este domingo es trascendental. No nos podemos equivocar nuevamente e improvisar con un presidente que no tenga un plan de gobierno claro, que no sepa cómo manejar la función pública y que anteponga sus intereses personales y económicos por sobre el bienestar del país.
Ecuador no resiste más, vivimos en terapia intensiva y, si tomamos una decisión errónea, será el golpe de gracia para nuestro país. PUNTO