Editorial de Radio Pichincha
El “Trujillato” y todo lo que hizo con la institucionalidad del Ecuador nos sigue pasando factura y algunos creen que es parte de nuestra débil democracia.
El resultado del juicio político de ayer y las reacciones que ha provocado dan cuenta de un panorama que solo nos recuerda los años ochentas y noventas en el manejo político de la Justicia, ahora en particular del Consejo de la Judicatura.
Fausto Murillo, vocal principal, fue destituido y censurado; mientras que Juan José Morillo, ex vocal de ese organismo, fue censurado. Ambos por el incumplimiento de funciones y no podrán ejercer un cargo público por dos años.
La decisión se adoptó con 102 votos a favor, se requerían 92. Además, en la sesión hubo 2 votos en contra y 28 abstenciones. Es decir, se sumaron 10 votos más de los requeridos y éstos salieron de las bancadas de la Revolución Ciudadana, el Partido Social Cristiano (PSC) y la oficialista Acción Democrática Nacional (ADN); mientras que los 19 legisladores de Construye, junto a 5 de Pachakutik y varios independientes se abstuvieron. Entretanto, Adriana García (Gente Buena) y Pedro Velasco (Actuemos) votaron en contra.
Más allá del resultado queda claro cómo actúan los actores políticos cuando miran que se transparentan sus manipulaciones, negociados y bochornosos actos reñidos con la ley que luego se legitiman por personajes como Murillo y Morillo.
Pasarán muchos años antes de retomar cierta lógica institucional, pues lo hecho por Julio César Trujillo, Lenín Moreno y Guillermo Lasso ha sido una inyección de toxinas y de virus político que hasta ahora no genera anticuerpos.
Sin ir muy lejos, cuando llegue el juicio político contra la Fiscal General volverán a exhibirse todos los sofismas y barbaridades en la Mafia Mediática porque esos periodistas y medios que la integran no saben ocultar el feo sistema de perturbación y de putrefacción del que han sacado provecho para sus negocios y para sus fobias. PUNTO