Editorial de Radio Pichincha
Si no lo publicarían las cuentas oficiales del Gobierno y lo anunciara la ministra de Educación como un “logro” y un “paso” importante, podría pasar por un chiste o una broma de mal gusto. En serio: el régimen y el modelo que nos “encanta” con que la seguridad aumenta, disminuyen los asaltos, asesinatos y extorsiones, TIENE QUE PONERLE UN NOMBRE A LAS ESCUELAS PARA HACERNOS CREER que los niños irán a clases sin el riesgo de ser asesinados o “vacunados” (no contra la poliomielitis o el sarampión, sino contra la acción criminal).
Es que lo ocurrido ayer, en pleno inicio del año lectivo en el régimen Costa, ya no es ni para llorar o sufrir depresión colectiva: en un plantel particular de la cooperativa Balerio Estacio, noroeste de Guayaquil, a las 07:40 de este 6 de mayo, con los estudiantes en sus aulas, cinco sujetos, encapuchados y armados, ingresaron a esa escuela, ubicada en el distrito Nueva Prosperina, uno de los más violentos de la ciudad porteña.
Recorrieron algunas aulas, y luego fueron al salón donde estaba la directora del plantel, a quien exigieron 5 mil dólares a cambio de no atentar contra ella, otros docentes y alumnos. Tras las amenazas, los hombres huyeron y varios de los padres de familia retiraron a sus hijos de la escuela, en medio de pedidos para que la jornada sea virtual.
Esta no es la narración de una novela policiaca ni una serie mexicana de terror. Es la cruda realidad de un país donde las cifras oficiales, reproducidas y amplificadas por la Mafia Mediática, sin ningún filtro, además de unas “granjas de trolls”, nos dicen que todo anda bien o al menos mejorando. O también una “primera dama” que nos “encanta” con mensajes de que las mujeres necesitan “un man” como el Presidente.
Mientras tanto, en los discursos oficiales de inauguración del año escolar la “brillante” propuesta es lanzar el programa “Escuelas Seguras”. ¿Qué se entiende por ello? La idea es de la ministra del Interior, la señora Mónica Palencia, con la venia de su jefe, el Primer Mandatario: unos 3.526 servidores policiales se destinarán para brindar seguridad en temas educativos, para 1.537 unidades educativas que retornaron a clases.
Por un lado, parecería que nos sobran policías, que hay tal cantidad de ellos que podemos regarlos por miles de unidades educativas. Pero al mismo tiempo, resulta difícil creer que eso pueda ocurrir, pues no hay tanto policía para atender tantas emergencias. Y, de hecho, las quejas de algunos de ellos es que van a vigilar y actuar sin las condiciones mínimas, frente a grupos criminales mejor armados y con estrategias que los uniformados no saben cómo responder.
Lo de fondo es otra cosa: NO HAY UNA ESTRATEGIA DE SEGURIDAD INTEGRAL. Aquí se están tomando medidas parche para cada cosa. Si atacan a las escuelas, programa Escuelas Seguras. Si las cárceles son tomadas por los reos: CARCELES SEGURAS. Si los barrios son tomados por las bandas, PROPUESTA: BARRIOS SEGUROS.
Pero en la práctica todo sigue igual o peor. PUNTO