Sentimientos de vergüenza ajena o percibir desagrado por los fluidos del cuerpo son algunas de las razones por las que dar de lactar en público aún es un tabú para muchas personas. Pero no más, porque ahora las madres priorizan el bienestar de su bebé sobre el qué dirán.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la leche materna es el mejor y el único alimento que una madre puede ofrecerle a su hijo cuando nace hasta los seis meses. Los nutrientes necesarios que esta posee son fundamentales para lograr el buen crecimiento del bebé, sin embargo, parte de la sociedad se fija más en el valor estético de los pechos que en su función como fuente de alimento y por ende de vida.
Juan Enrique Quiñónez, representante de Unicef Ecuador, manifestó que en nuestro país únicamente un 46% de niños y niñas reciben lactancia materna exclusiva en los primeros seis meses de vida. Una cifra que preocupa, ya que se ubica por debajo de los estándares internacionales. Quiñónez además, indicó que uno de los problemas es que hay mujeres que no lo pueden hacer debido a sus actividades laborales lo que puede representar una forma de discriminación.
Romina Luzuriaga tuvo a su hijo hace 6 meses, y al consultarle dice que, aunque esto suceda, ella prefiere el bienestar de Max, su bebé, y por ello ha tenido que ignorar las miradas y gestos de desagrado.
“Le daba de lactar sin fijarme demasiado en los demás, incluso delante de mi papá y realmente si se incomodaban o no, no me fijaba porque yo estaba más concentrada en alimentar a mi hijo que en los demás. Creo que las madres ya no somos las de antes, con vergüenza o priorizando los señalamientos de los demás”, comenta.
Con ella concuerda Carolina Díaz, quien además añade otros retos a los que se enfrentan las madres al momento de la lactancia. Asegura que en la ciudad existen muy pocas salas para dar de comer al bebé. Algunas están cerradas y otras no funcionan, como la de un centro comercial al norte de Quito, donde «tuvo que mover cielo y tierra para que la abran, una vez abierta los conectores no funcionaban».
Para ella, los establecimientos solo las tienen por cumplir un requisito, más no para brindar comodidad o dignidad a madre e hijo.
Díaz, quien además de madre es psicóloga, enfatiza en que se debe trabajar en un mayor cuidado y respeto hacia los bebés y los niños para evolucionar como sociedad. Sostiene que el desarrollo no tiene que ver solo con lo político, sino principalmente con lo humano.
Según datos del Ministerio de Salud Pública (MSP), hasta junio 2023 se han instalado 9 060 Salas de Apoyo a la Lactancia Materna (SALM). El 14,2% de estas están activas y 135, es decir, el 1,5% son nuevas y se encuentran en gestión de la certificación como SALM por el MSP.