Editorial de Radio Pichincha
La vicepresidenta de la República no existe en la vida cotidiana de los ecuatorianos, salvo porque el propio Gobierno de su binomio, Daniel Noboa, la actualiza con el modo en que la tratan, la hostigan y hasta humillan.
Sigue ocupando ese cargo u ostenta esa dignidad sin ninguna consideración y menos aún con un rol que le dé el valor que obtuvo por parte del electorado, nos guste o no, sea la persona más indicada o no.
Ahora está “alojada” en Tel-Aviv, en Israel, con el objetivo de “contribuir a la pacificación” de una zona con un conflicto armado desde la mayor potencia militar de esa región para acabar con la población palestina, sobre lo cual ella no ha dicho nada, menos aún ha hecho algo que tengamos noticia.
Es evidente que Daniel Noboa la odia o, al menos, la tiene una aversión personal que algún día tendrá que explicar. Él la escogió, nos la puso como candidata y ahora vicepresidenta y no se puede hacer el loco con algo tan delicado. Y para excluirla y “desterrarla” ha utilizado las herramientas políticas y legales más extrañas, por decirlo bajito. Eso le pasará una factura tarde o temprano.
Si algún grado de transparencia existiera en este Gobierno se debería tener muy claro el argumento y la justificación: SEÑORA ABAD NO LA QUEREMOS EN NUESTRO GOBIERNO, POR ESTA RAZÓN, POR ESTA OTRA Y ES MEJOR QUE RENUNCIE. Y ya. Así se debe actuar en política, frontal y francamente. Eso sí redunda en confianza de quienes creen en la transparencia y punto.
Pero tenemos a una vicepresidenta tan lejos, pero tan lejos, que parecería que la quieren allá porque algo sabe o puede ser una amenaza tenerla entre nosotros. Pero no les es suficiente con eso: hay que actuar contra su hijo, contra sus entrevistas, etc. ¿Cuándo se vio algo así en toda la etapa republicana?
La señora Abad dio varias entrevistas estos días y ha dicho cosas que podrían ocasionar una investigación de la Asamblea, pero ya sabemos que eso no cuenta en la agenda. Y de paso, el señor Guarderas, el nuevo “denunciólogo”, con la mayor desfachatez ahora hace los mandados de esas oscuras fuerzas para condenar a la señora Abad y de paso hacerle el favor a Noboa de no tenerla como Presidenta encargada mientras el actual presidente busca su reelección.
Como no han podido hostigarla para que renuncie, que nadie se sorprenda con alguna barbaridad, un lawfare o un linchamiento mediático para convertirla en una figura denostable y condenable para justificar lo que ya hizo en su momento el perverso de Lenín Moreno con Jorge Glas. PUNTO