Editorial de Radio Pichincha
Hoy oficialmente los candidatos aceptados e inscritos pueden hacer proselitismo político para captar la atención y el voto de la ciudadanía para elegir alcaldes, prefectos, concejales, vocales de juntas parroquiales y a los vocales del Consejo de Participación.
Y hay que remarcar que inicia oficialmente, pues algunos candidatos y candidatas han hecho campaña electoral, pintando murales, colgando afiches o haciendo presentaciones en tarimas. Algunos utilizan, además, a sus medios de comunicación de manera muy abierta o, para decirlo criollamente, descarada.
Es muy notorio el rol que juegan ciertos medios haciendo proselitismo a favor de sus candidatos, muchos de ellos de una tendencia marcada de derecha, desde medios de comunicación que se autocalifican de independientes pero que de eso no tienen nada. Y es sospechoso de qué manera algunos periodistas se comportan con sus candidatos, pues a ratos no ocultan su predilección y, seguramente, el pago del que se benefician.
¿Acaso el ejemplo más notorio de ese comportamiento no vemos en las supuestas entrevistas de Carlos Vera con el presidente Guillermo Lasso? ¿Ese no es el ejemplo que siguen algunos en ciertos medios que parecerían tasan muy bien sus cobros y pagos?
Esta campaña, por si fuera poco, desafía la inteligencia ciudadana y nos advierte ya que de repetir los errores del pasado las consecuencias son lamentables y dolorosas. No se trata de eximir de culpa a aquellos candidatos que prometen lo que jamás podrán cumplir, pero también pesa el comportamiento ciudadano de creerse las ofertas demagógicas y hasta de esos cuentos chuecos de que harán maravillas y ni siquiera han revisado el presupuesto de las instituciones que pretenden dirigir.
Por lo mismo, esta campaña exige un comportamiento responsable de parte y parte. Los candidatos siendo lo más transparentes y coherentes. Los votantes exigiendo respuestas y ofertas con respaldo en las capacidades y recursos de las entidades públicas. ¿O queremos escuchar a los candidatos ofrecer darle la vuelta a la Virgen del Panecillo, vender aviones, no aumentar los impuestos, etc.?
Pero no hay que dejar de lado la responsabilidad del Consejo Nacional Electoral de cumplir y hacer cumplir las leyes y códigos. No vemos sanciones ni advertencias claras hacia esos candidatos que ilegal y con poca ética ya se han gastados millones en publicidad y en prácticas indebidas. Así mismo, ojalá paren la violencia política y electoral machista de ciertos candidatos que atacan a las candidatas por su condición de mujeres. Hay candidatos que creen que solo pueden ganar votos hablando mal y mintiendo de sus rivales, sin proponer nada para su ciudad o para su provincia. Ejemplos sobran.
No dejemos de lado también, atender con justeza y con mucho cuidado la elección de los vocales del Consejo de Participación, pues ahí hay demasiados intereses del gobierno actual y de ciertos poderes fácticos para que no se elijan quienes puedan defender esa institución para los fines que fue creada.
En concreto, vienen días intensos y ojalá provechosos para la democracia ecuatoriana, donde tengamos la oportunidad de castigar a los mentirosos, misóginos, demagogos, para que tengamos autoridades respetables, con capacidad de dirigir y administrar, pero sobre todo que hagan propuestas inteligentes y creativas para sacar del marasmo, por ejemplo, a la capital de la República, que ya vive ocho años de unas administraciones desastrosas. PUNTO