Editorial de Radio Pichincha
La pedagogía política que nos dejan seis años de odio y de persecución es que ya no es lo mismo hacer, construir y difundir noticias falsas y al mismo tiempo convencer al electorado. Pero parecería que algunos no aprenden. Y, es más, algunos creen que poner a un aparato de trolls, pagar mucho dinero a supuestos “influencers” y mandarse cualquier mentira y ya no eso acabar con la reputación de una persona o de un candidato o candidata.
Pero claro, la desesperación los lleva a recurrir a los mismos manuales usados para poner un presidente sin preparación, mentiroso, que creyó que con mucha plata es suficiente para reemplazar la capacidad y la sabiduría.
Lo mismo ha pasado en América Latina, pero en Ecuador parecería que se hizo el laboratorio para todo ello y ahora también es aquí donde la ciudadanía les da un chirlazo. Ya nadie cree en esos montajes y supuestas denuncias desde esos apócrifos periodistas o cineastas. Cada vez es muy difícil eso de “tragar ruedas de molino”. Han abusado tanto de la falsedad como herramienta política que se desgastó el recurso.
Incluso, ahora, atacando a la única candidata mujer a la presidencia, con recursos tan bajos, sexistas, machistas, homofóbicos, parece que el efecto es contrario. No tienen vergüenza en hacer uso de la maquinaria de apoyo a don Guillermo y con las mismas artimañas.
Ojalá, en esta campaña, hagamos aprendido de todo este tiempo, de todas las desventuras de las llamadas fake news, de ese mecanismo de odio y de persecución. Y ojalá también ahora lo más importante de la conversación pública sea cómo los candidatos entienden la realidad ecuatoriana y la solución de los problemas de manera urgente, estructural y a favor de los más pobres y de las necesidades de un país arrasado por el neoliberalismo más cruel de estos últimos años. PUNTO