Hay que superar el anticorreísmo, el país necesita una reconciliación nacional, agregó.
El analista político y abogado, Juan Carlos Solines, señaló que más allá de la crisis económica y la inseguridad que vive el Ecuador, el problema del presidente Guillermo Lasso es la conducción y falta de brújula, por los exabruptos que tiene.
Así, recordó que desde el momento de su posesión rompió con su aliado natural, el Partido Social Cristiano (PSC). Eso le imposibilitó aprobar leyes, luego hizo pactos antinaturales con la Izquierda Democrática y Pachakutik, que no duraron mucho porque los denunció por chantaje y corrupción.
“Su tónica ha sido abrirse frentes”.
Juan Carlos Solines manifestó que en el nuevo llamado al diálogo, los políticos ya no le creen y por eso para mitigar el golpe denunció a jueces, cosa que no le correspondía.
“Ataca a la justicia, cuando él tiene que afrontar sus problemas internos por los actos de corrupción de algunos funcionarios”.
Solines dijo esperar que ahora el nuevo ministro de Gobierno, Henry Cucalón, le ayude a dar un rumbo político. “Pero con los exabruptos del Presidente va a ser difícil que pueda recomponer ciertas cosas y tender puentes o lazos”.
Resaltó la necesidad de un golpe de timón y un cambio de rumbo y estilo, a fin de que la gente sienta que se cumplen las ofertas de campaña por las que votó.
“No hay otra opción más que generar un gobierno de conciliación. Si el Presidente deja actuar al ministro y permite que le guíen políticamente, podría percibirse un cambio. De otro modo, Cucalón no durará en el cargo”.
Solines, quien fue compañero de fórmula de Lasso en el 2013, instó a superar la dicotomía del correísmo y anticorreísmo. El país necesita una reconciliación nacional.