Editorial de Radio Pichincha
Ha sido muy importante escuchar y ver a la Fiscal General del Estado, la doctora Diana Salazar. Es importante y es bueno conocer mejor su pensamiento y sus decisiones personales alrededor de los temas que ella mismo convoca y provoca.
Por supuesto, su decisión de no participar como candidata presidencial en los comicios del próximo año define (y decepciona) a quienes ya movían las fichas, los recursos y hasta a los medios para impulsar su imagen.
Siempre quedará la duda de por qué aparece en un video de 12 minutos, titulado ‘Diana Salazar Méndez, nada más que la verdad’ y es el primero de la cuenta de YouTube de la Fiscal. Seguramente apuntó dos cosas: la primera, recalcar su NO CANDIDATURA y la segunda denunciar que es objeto de un intento de asesinato.
De lo primero no habría mucho que decir porque es una decisión de no participar y esto queda ahí, no hay más que hablar, posiblemente porque sabe por la experiencia de otros fiscales, en otros países, que una cosa es juzgar y perseguir al delito y otra gobernar una nación. Eso cuenta mucho dentro del cálculo político, pero también hay sospechas de que habría un acuerdo para que nadie de la derecha le haga sombra o competencia al candidato presidente Daniel Noboa. Eso con el tiempo se sabrá.
De lo segundo, confesó que vive, prácticamente, bajo arresto. «No puedo ir a un lugar público ni transitar libremente por las calles. Es un precio que estamos pagando por hacer lo correcto». Si esa es su situación, habría que pensar dos veces antes de darle todo el crédito, pues por “suerte” tiene seguridad, a diferencia de miles de personas que están expuestas al crimen y han sido heridas y asesinadas, muchas de ellas menores de edad, víctimas “colaterales” de la violencia diaria que nos atormenta.
Lo que en realidad parecería reforzar las dudas de su aparecimiento en un video es su crítica al juicio político que está planteado en la Asamblea Nacional. Debería asumirlo para demostrar mucho más de lo que dijo en 12 minutos y sin réplica. Es su responsabilidad como autoridad pública y con determinadas obligaciones que están contempladas en la Constitución y en la Ley que norma a la Fiscalía.
Hay que darle la razón con algo que no es exclusivo de ella, sino de todas las personas y autoridades que se dedican de lleno a su trabajo, como debe ser. Dijo: «Soy Fiscal y estoy dedicada a mi trabajo» y añadió que, tras la finalización de su período en abril de 2025, planea dedicarse a su familia. «Serán seis años en que he dejado mi vida personal para dedicarme de lleno (al cargo). Porque de eso se trata, de hacer las cosas con pasión».
Lo mismo han hecho otras autoridades sin necesidad de hacer de ello un objeto de mérito o de felicitación. A diferencia de los últimos tres mandatarios, empezando por uno de los más vagos de la historia, Lenín Moreno, pasando por Guillermo Lasso y ahora Daniel Noboa no los vemos en la misma disposición de la que habla Diana Salazar.
Por lo pronto, para esta semana queda por fuera ocuparnos por las preocupaciones de la Fiscal, más bien por los casos que tiene que atender y otros por iniciar, pero sobre todo por los que tiene que resolver y que llevan demasiado tiempo en sus manos. PUNTO