El 27 de noviembre se conmemora la despenalización de la homosexualidad en Ecuador. Una fecha histórica. Sin embargo, los Estados aún deben mucho a la comunidad LGTBI.
Hablar de inclusión parece algo distante en Ecuador a pesar de que se han conquistado varios derechos para las diversidades sexogenéricas. La ausencia de política pública continúa golpeando a la comunidad LGTBI.
Para Efraín Soria, socio fundador de Fundación Equidad, además, de ser parte una de las primeras parejas en alcanzar el matrimonio igualitario en Ecuador. Advierte que: “Después de 22 años de activismo aún creo que hay mucho trabajo y queremos que mejore las condiciones de vida de la comunidad”, asegura que en la sociedad ecuatoriana aún se enfrentan con estructuras machistas que retroceden la lucha.
También indica que el tema del financiamiento sigue siendo uno de los principales problemas que deben lidiar, buscar siempre la manera de obtener recursos que los permita avanzar con iniciativas que beneficien a la comunidad.
Efraín resalta, sobre los logros alcanzados, pero precisa que aún hay temas pendientes uno de esos es como trata la justicia a las diversidades sexuales. Si bien reconoce que han pasado 25 años desde la despenalización de la homosexualidad y que la actual Constitución penaliza los delitos de odio y discriminación. La violencia y asesinatos se “convierten en el pan de cada día”.
Para sustentar lo que dice Efraín hace referencia a una publicación del INEC, una de las más importantes. Puntualiza que, durante el 2013, 7 de cada 10 personas LGTBI, han sufrido un maltrato en sus casas, dentro del sistema de educación, de la salud y en la vía pública.
Y tal vez, nos estamos acostumbrando a escuchar este tipo de noticias luego de tantos años de lucha y trabajo por parte de diversas organizaciones. Precisamente, el Gobierno del presidente Guillermo Lasso, inauguró una secretaria de las Diversidades. Según Efraín un espacio que cuenta con poco personal y casi nada de presupuesto.
La marcha trans demanda el cupo laboral trans
Para las diversidades, quienes han puesto todo para demandar por sus derechos. La marcha trans ha sido uno de los espacios para visibilizar sus causas. Y en el contexto de este precedente histórico y para honrar la memoria de todas esas personas que se mantuvieron en la lucha. La marcha hace un llamado a las reflexiones sobre qué falta hacer para conseguir una inclusión verdadera.
Esas que fueron alcanzadas hace 25 años por las primeras mujeres transexuales que tuvieron que enfrentar la época violenta del expresidente León Febres Cordero. Donde fueron abusadas, maltratadas y hasta asesinadas.
Durante la reciente marcha trans que se realizó en el país, estas exigencias hicieron parte de la jornada que contaba con una Feria de emprendimientos, bailes, cine y otras expreciones culturales. Donde diferentes activistas resaltaron lo que las moviliza.
Las sobrevivientes de esas épocas, las nueva Coccinelle, reconocen el trabajo de las nuevas generaciones. Lo dieron todo para poder llegar a este momento y enfatizan que el cupo laboral trans es una urgencia para que las personas trans dejen de ser consideradas sólo como trabajadoras sexuales. “Yo me siento con la satisfacción haber conseguido el lugar dentro de la despenalización cuando éramos criminalizadas ahora veo que las nuevas generaciones van bien luchando junto a las sobrevivientes de los años 80”, explica Nebraska Montenegro, presidenta de la Fundación las nuevas Coccinelle.
Devy Grijalva, parte de la Transamblea y activista por los derechos de las personas transexuales, reconoce el momento que viven. Sin embargo, resalta que aún faltan muchos derechos por cumplir “conmemóranoslos 25 años de la despenalización de la homosexualidad y las mujeres trans dieron todo para alcanzar ese hito”, resalta Devy.
Puntualiza que como militantes promueven, de igual manera, el cupo laboral trans. Un tema prioritario para su lucha y resistencia. Pese a ello, para el Gobierno y la Asamblea, las urgencias están en otros espacios al menos eso han demostrado hasta el momento.
Por tanto, todas estas voces con mucha furia, aseguran que seguirán promoviendo los derechos de las diversidades hasta que realmente sean parte de la agenda pública de los Estados y de la sociedad.