Editorial de Radio Pichincha
Parece que a medio mundo se le olvidó el escándalo de Flopec. Como el juicio político contra don Guillermo se “aguó” con la llamada Muerte Cruzada, todo indica que empezando por la Fiscalía, la Mafia Mediática y el mundo político ese caso, así como el violento asesinato de Rubén Cherres, quedará en un cajón de un archivador.
Hasta tanto, gracias al aparato de distracción de la abogada Diana Salazar, han comenzado a surgir investigaciones, supuestas revelaciones y a desempolvar casos judiciales, ya sentenciados y archivados. Todo con el afán de tapar con tierra lo que ahora sí ya no es solo un asunto nacional:
“Los congresistas estadounidenses Raúl Grijalva y Jesús García enviaron una carta al fiscal General, Merrick Garland, solicitándole que el Departamento de Justicia investigue al Presidente Guillermo Lasso. Este pedido se concretó este miércoles 7 de junio de 2023. Los congresistas exigen que las autoridades estadounidenses investiguen los negocios del mandatario ecuatoriano en el estado de Florida. Esa inquietud nació tras los reportajes de investigación, que mencionan que Lasso estaría relacionado con empresas y activos inmobiliarios, valorados en decenas de miles de dólares.
El congresista estadounidense, Raúl Grijalva, declaró que las autoridades ‘no deberían tolerar la evasión fiscal o permitir el uso de jurisdicciones estadounidenses para fines de evasión fiscal por parte de personas o entidades ecuatorianas’, al referirse a los negocios de Lasso”, señaló el periodista Orlando Pérez, que investiga este caso.
¡¡¿Y ahora?!!
Si se llega a aceptar este pedido, don Guillermo ya no tendrá ni a la abogada Salazar, ni a la Mafia Mediática, ni al Contralor, ni al mismísimo Danilo Carrera para neutralizar y menos “taponar” la investigación, como si intentó con el juicio político. Allá no tiene legisladores de alquiler, tampoco medios obsecuentes y corrompibles, como los de acá que a cambio de una buena pauta y de consulados para sus directivos han intentado poner en un altar a quien consideraron un semi Dios.
¿Se olvida don Guillermo lo sucedido con el ex presidente hondureño Juan Orlando Hernández? ¿Tiene o valora la dimensión de una denuncia de esta naturaleza planteada por legisladores estadounidenses que no podrán ser descalificados y menos señalados como correístas?
Ahora, además, se reafirma que don Guillermo en su “infinita bondad” nunca se despojó de cuentas en paraísos fiscales y en el ejercicio del gobierno, pensando que con él se garantizaba impunidad, en medio de una crisis política acudió a esos mecanismos donde parecería que se puede ocultar la plata.
En otras circunstancias, con una Asamblea en funciones, lo lógico sería llamarlo a que responda ante el primer poder del Estado. ¿Quién ahora le pone el cascabel al gato?
Pues ahora queda mucho más claro qué clase de candidato tuvimos por más de diez años y un mandatario por dos años, con todo lo que eso ha supuesto para el país, sus consecuencias políticas y sociales. PUNTO