Editorial de Radio Pichincha
A pesar de un sinfín de intentos por boicotear la obra de movilidad más moderna de América Latina, el Metro inició sus operaciones desde el pasado viernes y, durante todo el fin de semana, decenas de miles de personas recorrieron la ciudad en sus vagones.
El sentimiento de las personas es positivo y no solo porque el tiempo de traslado de un extremo de la ciudad a otro es sumamente corto, sino porque los quiteños lo utilizaron para recorrer varios puntos de la capital y reactivar económicamente a una gran cantidad de pequeños negocios que se encuentran al borde de la quiebra, debido a la crisis económica y de seguridad que vive el país.
Esto cambia las dinámicas sociales a las que lamentablemente nos acostumbramos. Ahora, ya no pasaremos varias horas atrapados en el tránsito de la ciudad, sino que tenemos la certeza de que podemos trasladarnos por Quito de una forma rápida y eficiente. Y podemos aprovechar ese tiempo de mejor manera.
Pero, aún tenemos que implementar en nuestras rutinas otras formas de convivencia, manejar la tecnología a nuestro favor para recargar saldo, utilizarlo responsablemente y cuidarlo.
No hay que olvidar que, desde ahora, el Metro se convierte en la columna vertebral de un sistema de movilidad que será completamente distinto y que permitirá solucionar varios problemas de la ciudad, pero también traerá varios cambios, en su mayoría positivos.
Como los que se vivieron el último fin de semana el Centro Histórico, cuando se llenó de miles de visitantes que pasearon por este sitio y le dieron vida nuevamente a un lugar que fue olvidado por los últimos alcaldes y presidentes. PUNTO