Editorial de Radio Pichincha
Una grave denuncia se hizo pública ayer. El portal digital La Posta habló de una “estructura criminal” de corrupción al más alto nivel del Gobierno de Guillermo Lasso Mendoza.
Dos aclaraciones previas: del tema ya se habló en algunos espacios, incluso en esta emisora, el equipo de investigación señaló algunas irregularidades, de ciertos contratos, personas vinculadas directamente con el Primer Mandatario. Sobre todo, en el sector eléctrico. Se hablaba, medio en serio y medio en broma, que las tarifas de la corrupción habrían triplicado desde la llegada del llamado del gobierno del encuentro.
Es decir, lo de ayer tiene nombre y apellido. Y eso, de comprobarse, tras una verdadera investigación, conlleva la denominada “noticia criminis”, que en otros tiempos en la Fiscalía habría movido todos sus resortes para allanar, apresar, ordenar prisiones preventivas, entre otros trámites que sacudieron a la mafia mediática.
Y, en segundo lugar: todo lo que se ha dicho sobre la corrupción en el gobierno actual no ha sido motivo de ninguna acción urgente. No sabemos nada en cuanto a lo que se denunció sobre Juan José Pons y otros allegados muy cercanos a Lasso. ¿Los consejeros ad honorem salieron, renunciaron, otros regresaron con cargo, pero lo de fondo, los contratos, los pedidos de coimas, ha quedado en el olvido, engavetado en el escritorio de la fiscal Diana Salazar?
El propio Lasso manifestó más de una vez que al primer acto de corrupción habría sanciones ejemplares, pero siempre que se menciona algo se hace literalmente el loco. Y, además, nombró a Luis Verdesoto como el secretario anticorrupción, pero ese señor, antiguo vocal del Consejo Nacional Electoral, parece que está de vacaciones.
Entonces, ¿qué va a pasar con la denuncia de ayer? ¿Los testimonios y referencias que se hacen ahí sobre supuestos de actos de corrupción donde se mencionan a Leonardo Cortázar, Danilo Carrera, Rubén Chérrez, Hernán Luque, entre otros?
Y la pregunta de fondo es: ¿por qué pusieron el ojo en las empresas públicas? Evidentemente Lasso puso a una sola persona sobre ese espacio, porque ahí hay contratos por encima de 10 mil millones de dólares. Ahí se determina las mayores compras, la lista de los proveedores y por eso, desde el inicio de este gobierno, ahí se puso a las personas con grandes ambiciones empresariales y, de ser cierto, tiene a su cuñado como el mayor lobista y negociante de todo esto.
Es muy grave, pero realmente grave. Aquí aparecen personajes ligados al Banco Guayaquil y al sector financiero que apoyaron y financiaron la campaña de Lasso.
Por lo mismo queda claro: quisieron el poder político para crear una estructura criminal para quedarse con el gran negocio de los contratos de las empresas públicas, por montos superiores a lo que sus “business” privados en miles de millones de dólares.
Ojalá ahora entendamos la codicia por el poder político que tuvieron durante más de 10 años y por qué se oponían a un gobierno donde se imponían políticas públicas para un Estado que regule la economía nacional. PUNTO