Los microemprendedores, la venta informal ha resurgido en el sector pero les resulta difícil avanzar ya que la venta es mínima y el turismo está muy escaso.
Punto Noticias.- En el barrio el Tingo de la parroquia de Alangasí, al oriente de la capital, trata de reactivarse económicamente, pero les resulta difícil, con las permanentes restricciones al turismo, la gente con pocos recursos no hacen las compras y los negocios han ido muchos a la quiebra, pero la esperanza no se acaba.
Pichincha en tu Barrio visitó El Tingo, en Alangasí, un barrio turístico por su histórico balneario y su gente amigable. Pero la economía empieza a reactivarse de a poco.
Los microemprendedores, la venta informal ha resurgido en el sector pero les resulta difícil avanzar ya que la venta es mínima y el turismo está muy escaso, en el sector del parque central.
“Está muy difícil la reactivación económica. Antes vendía unos USD 80 diarios porque había bastante turismo, ahora se vende unos USD 40 máximo, es solo como para sobrevivir. La rehabilitación de los negocios estamos al 60%. Pido a las autoridades que nos hagan créditos con bajo interés a las mujeres emprendedoras para crianza de gallinas, hortalizas, etc”, dice una vendedora de empanadas de morocho.
Un taxista comenta que el negocio está muy bajo “antes se hacía más o menos, pero hoy día es bajo. Las piscinas están cerradas, antes hacíamos carreras desde allí”, recalca.
A inicios de la pandemia tenía un restaurante dice otra emprendedora, pero debió cerrar por las restricciones, hoy tiene una tienda y está saliendo adelante. “Todo lo que tuve en el restaurante tuve que perderlo, y eso lo hice con un crédito, ahora con la tienda ya la gente nos van conociendo y va mejorando poco a poco”, dice una joven madre emprendedora. Que pide al gobierno que se enfoque más en las mujeres para apoyarlas ya que tienen a cargo sus hijos.
“Antes vendía caldo de gallina, de patas, secos, en cambio ahora no puedo porque no hay como meter tanta gente en el local, puede venir alguien contagiado. Ahora vendo mote con chicharrón y fritada nomas”, se lamenta una mujer de la tercera edad.
Jenny Pilaquinga es una líder de mujeres en el sector del Tingo, allí trabajan en la reactivación económica con artesanas, comerciantes, vendedoras de comida y costureras. “el apoyo que necesitan las mujeres emprendedoras que son artesanas y elaboran sus canastas y no se han visibilizado y son tercerizadas por medio de comerciantes que compran sus productos a precios irrisorios. Además, necesitan créditos para que puedan crecer”, señala.
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