Luego de haber nombrado al frente del ministerio de Agricultura al “Rey de la soja”, Blairo Maggi, para que se aprobaran leyes que permitieran volver a tener esclavos en las plantaciones, el presidente Michel Temer iba a nombrar a Cristiane Brasil (ya les contaré por qué oculta su apellido) como ministra de Trabajo, pero un juez federal lo evitó por pedido de una cautelar interpuesta por tres abogados.
Los letrados consideran que la diputada no es apta para ocupar ese rol, puesto que fue condenada en un juicio laboral a indemnizar a dos empleados a los que durante meses les negó el pago de horas extras y otros beneficios.
La condena a pagarles cerca de 20 mil dólares parece un mal precedente para convertirse en la nueva gestora de la cartera del Trabajo en Brasil. La agencia Efe y el diario O Globo, además aseguran que ella no realizó estos pagos, sino una colaboradora que contrató como asesora parlamentaria. Otro juicio laboral no llegó a ejecutarse al llegar a un acuerdo con los denunciantes.
Si el gobierno no acatara la decisión del juez federal y la nombrara ministra, debería pagar una multa de unos 155 mil dólares.
La diputada del Partido Laborista Brasileño, no utiliza su apellido, ya que su padre fue condenado a más de siete años de prisión por lavado de dinero y cohecho, crimen por el que solo estuvo preso dos años, hasta que la llegada de Michel Temer a la presidencia permitió que fuera indultado. Hoy, su hija, además, es premiada con un ministerio.