La ministra guatemalteca de Relaciones Exteriores, Sandra Jovel, confirmó la decisión “soberana” de retornar su embajada en Israel a la ciudad de Jerusalén, considerada por Guatemala la capital del país. De esta manera sostiene una idea que generó mucho rechazo internacional y advirtió que la mudanza puede llevar uno o dos años.
Tras escuchar los reclamos de los palestinos y de otras naciones, la ministra se mostró inmutable y le dijo a la prensa que “es una decisión soberana del Estado de Guatemala y es la que se va a cumplir”. Y agregó que los funcionarios diplomáticos ya fueron informados de la postura oficial del gobierno.
Preguntada por los periodistas, Jovel negó que haya un “ofrecimiento económico” de parte de los Estados Unidos o de Israel para tomar la decisión de mudar la embajada. Y también tuvo palabras duras con Naciones Unidas, “El Gobierno de Guatemala es soberano con relación a sus decisiones. Naciones Unidas ejerce una secretaría general del sistema de Naciones Unidas. No tendría por qué actuar contra el Gobierno de Guatemala, cuando ejerce una Secretaría para los Estados. Entonces, creería que las decisiones de los Estados son soberanos y se deben respetar”.
Jimmy Morales, presidente de Guatemala, manifestó abiertamente el apoyo incondicional a Israel, al que calificó de “aliado histórico”. Naciones Unidas votó una resolución pidiendo la nulidad de la decisión de Estados Unidos de volver a considerar Jerusalén la capital del Estado de Israel. Guatemala fue uno de los nueve países que votaron en contra del resto del planeta.
“A pesar de que solo fuimos nueve en todo el mundo, estamos con total certeza y convicción de que es la ruta correcta”, manifestó el presidente Morales.