La defensa de Jorge Glas presentará un recurso de revisión para que sea declarado inocente, luego de que el 10 de agosto, el Supremo Tribunal Federal de Brasil anuló las pruebas que se presentaron en su contra.
Humillaciones, amenazas y agresiones psicológicas y físicas tuvo que vivir el exvicepresidente de la República, Jorge Glas, luego de que -sostuvo en entrevista con Radio Pichincha- se negara a ser parte del reparto en el gobierno de Lenín Moreno.
El exvicepresidente Glas contó que por varias ocasiones alertó a Moreno sobre los actos de corrupción que se estaban registrando en las empresas públicas, donde los gerentes pedían coimas del 30% de los contratos a los proveedores.
No solo eso. El reparto de los hospitales empezó en el 2017, aseguró Glas, pues supuestamente en una conversación con Lenín Moreno se le informó que desconcentrarían las compras públicas en las casas de salud, para así garantizar la corrupción.
“Sé que vives en la vía a la Costa. Pon tú el gerente del Hospital de los Ceibos”, le habría ofrecido Moreno a Jorge Glas, quien según relató que, dando un golpe a la mesa le respondió que él no roba ni deja robar.
Al darse cuenta de la negativa, el expresidente Lenín Moreno sacó un informe con membrete de la Contraloría de su escritorio, y lo amenazó con meterlo preso por el caso Singue.
“En el documento todavía decía Carlos Polit y luego fue firmado por Pablo Celi, un comprobado corrupto”, señaló.
El 2 de agosto de 2017, Jorge Glas emitió una carta pública en la que denunció la corrupción y el reparto de los hospitales. Para el exvicepresidente, esa misiva terminó siendo profética, respecto al futuro del Ecuador: “Todo se cumplió y fue el principio del fin para esta nación”.
Cárcel de Cotopaxi
El 2 de octubre de 2017, Jorge Glas se entregó a la fuerza pública en Guayaquil, para posteriormente ser trasladado a la ciudad de Quito, donde lo ingresaron a la cárcel 4, pasadas las 23:30 del mismo día. El 21 de octubre de 2018 lo trasfirieron a la cárcel de Cotopaxi.
Jorge Glas recordó que por orden de la exministra de Gobierno, María Paula Romo; su pareja y también funcionario del régimen de Lenín Moreno, Iván Granda; y Juan Sebastián Roldán, secretario Particular de la Presidencia, fue trasladado de la Cárcel 4 a la de Cotopaxi.
“Me tiraron contra la pared, me impidieron que tome un abrigo (…) Me treparon a un carro donde el mayor de la Policía, el nazi Marlon Carolis, se reía con el chofer, diciendo que me tocaba el bautizo de las tres violadas y que a lo mejor no duraba la semana pues me iban a matar”, detalló Glas.
El exvicepresidente Glas relató que ya en la Cárcel de Cotopaxi le sacaron la ropa a la fuerza para vestirlo con el uniforme anaranjado. Lo metieron a una celda, en donde no tenía acceso a un servicio higiénico, por lo que durante 15 días tuvo que hacer sus necesidades biológicas en una funda y una botella.
Asimismo, los privados de la libertad le lanzaban fundas de excremento en la ventana de su celda y se orinaban en la reja de la misma.
“Los mismos presos me pedían perdón, pero tenían que hacerlo porque era una orden de María Paula Romo, caso contrario los trasladaban al pabellón de máxima”, manifestó Glas, en entrevista.
Jorge Glas remarca que, durante los cinco años y cuatro meses apresado, sobrevivió a 25 motines; en uno de ellos se lesionó la cadera y la clavícula, tras resbalarse en un charco de sangre.
“Tuve que ver desde mi cuarto cómo se descuartizaban con machete. Tuve que escuchar: “ingeniero cuerpo a tierra, cuerpo a tierra. No se levante, bomba molotov». Al final había sido una cabeza incendiada. Lo que yo sufrí no puede pasarle a ninguna persona del mundo”, remarcó.
Decisión del Tribunal Federal de Brasil
La defensa del exvicepresidente, Jorge Glas, presentará un recurso de revisión para que sea declarado inocente, luego de que el 10 de agosto, el Supremo Tribunal Federal de Brasil anuló las pruebas que se presentaron en su contra.
Sobre este caso, el exvicepresidente Jorge Glas contó que en mayo de 2017, a pocos días de que Lenín Moreno fuera posesionado, el entonces fiscal General, Carlos Baca Mancheno se fue a Brasil. Desde ese país, lo llamó para decirle que tiene un audio de José Conciensao Santos, exrepresentante de Odebrecht, reconociendo su inocencia, al igual que las de Walter Solis y Carlos Bernal.
En tal audio, el exfuncionario de Odebrecht, José Conciensao Santos, habría mencionado que la corrupción provino de mandos medios y lobistas. Pero condicionó esa versión a cambio de no ser procesado en Ecuador y que se disponga el pago de USD 100 millones de planillas pendientes, que el mismo Jorge Glas congeló en diciembre de 2016, cuando se hizo público el informe de EE.UU., en donde se hablaba de la corrupción de la empresa.
“Carlos Baca fue el artífice de todo esto con Moreno y se convirtió en traidor”, acotó.
Glas incluso aseguró que el 23 de mayo de 2017, Carlos Baca sacó una orden de prisión en contra de Walter Solis por un caso que había sido archivado.
“Inmediatamente fui a la oficina de Moreno y le preguntó qué pasó. Él me respondió: ‘Mi querido Jorge comprenderás que toda mi campaña se sustentó en temas de corrupción, déjame la cabeza de Walter Solís’”, relató.
Inocencia
Para Jorge Glas es importante limpiar su nombre y su honra, tras lo que él considera un proceso de lawfare en su contra y de miembros de la Revolución Ciudadana.
“Con la sentencia del tribunal en Brasil queda comprobado que las supuestas pruebas, esos archivos de Odebrecht, esas transacciones o códigos fuentes, fueron adulterados”, aseguró.
Sobre el pronunciamiento de Fiscalía, respecto a la decisión del Supremo Tribunal Federal de Brasil, Jorge Glas enfatizó que la única prueba para condenarlo fue el testimonio de José Conciensao Santos y unas hojas en Excel adulteradas. Por lo que la entidad dirigida por Diana Salazar no puede asegurar que tiene otros elementos probatorios en su contra.