Hasta la llegada de una barcaza el país tendría que vivir apagones de ocho horas por al menos dos meses, consideró Jorge Martínez.
“Crónica de unos apagones anunciados”, así llamó Jorge Martínez, secretario General del Comité de Empresa de los Trabajadores de la Empresa Eléctrica Quito, a la crisis energética que vive el Ecuador.
Martínez destacó que los apagones no son el resultado de un sabotaje sino de un cúmulo de irresponsabilidades porque las advertencias en cuanto a la necesidad de mantenimiento, inversión y nueva infraestructura se hicieron desde hace dos años. Pero se hizo caso omiso hasta llegar a los primeros cortes a finales de 2023 y nuevamente en el Gobierno de Daniel Noboa, en este 2024.
Jorge Martínez sostuvo que ahora, con este pretexto, se dirá que no hay energía más cara que la que no se tiene y se empezará a ver viejas prácticas de compra de barcazas, beneficiando a privados, con altos costos.
“Para la llegada de una barcaza pasarán no menos de 60 días”, acotó.
El Secretario General del Comité de Empresa de los Trabajadores de la EEQ indicó que, incluso, hasta la llegada de una barcaza el país tendría que vivir apagones de ocho horas por al menos dos meses más.
Jorge Martínez enfatizó que, en este punto, no quedaría más que esperar que Dios o San Pedro ayuden con las lluvias, como lo dijo el exministro Fernando Santos Alvite, todo por un cúmulo de indecisiones y falta de institucionalidad.
“El Ministerio de Electricidad es imprescindible para la política pública”, aseveró.
En esta inestabilidad también está la Empresa Eléctrica Quito, aseguró Martínez, pues en dos años han pasado seis gerentes, lo que impide generar proyectos importantes y política pública.
El sindicalista calificó a las decisiones de decretar vacaciones por dos días y cobrar la planilla de abril a medio valor, como demagógicas y populistas porque al final se continúa sin resolver la crisis, lo cual traerá consecuencias económicas.