La gestión del espacio carcelario ha sido mal administrada, enfatizó.
Jorge Núñez, antropólogo, cofundador de Kaleidos y codirector del Observatorio de Prisiones, señaló que el censo penitenciario pone en evidencia el proceso de descomposición de las cárceles.
El antropólogo resaltó que los centros penitenciarios en la actualidad tienen rostro joven con más de un 80% de privados de la libertad cuyo rango de edad oscila entre los 18 y 44 años. Las cárceles además se convirtieron en un mecanismo de gestión de pobreza.
“Hablamos de jóvenes que no han tenido acceso a trabajo y educación y que atraviesan una grave crisis de salud mental”, agregó.
Jorge Núñez se refirió al 8.2% de detenidos que reportó un intento de suicidio. El especialista explicó que esa tasa es 400 veces más alta que la cifra nacional.
“Son personas con graves problemas de depresión y estrés postraumático”, mencionó.
A esto se suma que solo la mitad de personas que entran al sistema carcelario reciben el chequeo médico obligatorio. Del resto se desconoce su situación de salud.
Sobre los servicios básicos, Jorge Núñez, criticó que el 60% de detenidos no tenga acceso al agua potable y el 42% considera que es insuficiente: “Pero además el líquido vital es usado como mecanismo de castigo por parte de las autoridades”, acotó.
De otro lado, el 66% de privados de libertad habla de la mala calidad en la comida, la misma que tampoco es suficiente. El antropólogo indicó que por esta razón las familias de los detenidos estarían gastando entre USD 200 y USD 300 mensuales para cubrir sus necesidades.
Jorge Núñez también puntualizó que la distancia de los centros penitenciarios ha provocado que los detenidos reciban a penas una visita al mes y mucho peor, que a la mitad de ellos nadie los vaya a ver. Esto provoca un aislamiento y por ende un incremento de la violencia.
“La gestión del espacio carcelario ha sido mal administrada”, enfatizó.
El codirector del Observatorio de Prisiones aseveró que toda esta descomposición en los centros penitenciarios tuvo origen con los acuerdos de gobernanza entre la Policía y las bandas criminales, a cambio de privilegios y prebendas.
“Ahora los grupos delincuenciales controlan las cárceles”, acotó.
Jorge Núñez puntualizó que ahora los candidatos a la Presidencia deben explicar qué harán con esta información que arrojo el censo penitenciario, pues el Gobierno de Guillermo Lasso no alcanzará a hacer nada en los pocos meses que le quedan de administración.