Editorial de Radio Pichincha
El escándalo de corrupción, al más alto nivel del Gobierno de Guillermo Lasso, ha revelado a una fiscal y a una Fiscalía en su rol político. Es duro decirlo, pero hasta ahora no ha tumbado ni una sola puerta, no ha entrado a ninguna oficina de las instituciones y personas señaladas y tampoco hay prisiones preventivas a “diestra y siniestra”.
Y, por si fuera poco, la señora Fiscal ha cometido un pecado que a cualquiera le produciría vergüenza, y a una Asamblea Nacional la apertura de un expediente urgente. La señora Diana Salazar recibe a la persona de mayor confianza de Lasso, al secretario de la administración, Iván Correa. ¿En qué país del mundo en medio del escándalo un alto funcionario de Gobierno va a la Fiscalía a, supuestamente, pedirle toda la investigación?
¿Eso, de haber ocurrido en otro Gobierno, habría sido motivo del escarnio mediático general? No, nada de eso ocurrió porque se trata del Gobierno de los medios corporativos, lassistas y aceitados por la gran banca ecuatoriana.
Volvamos a lo trascendental: si la Fiscal se ha mostrado cauta, prudente o pasiva no queda más que pensar lo peor. NO LE INTERESA ACTUAR CONTRA QUIENES FUERON SU SUSTENTO POLÍTICO, LA RAZÓN DE ESTAR EN EL CARGO, DESPUÉS DE UN EXAMEN DONDE SACÓ 10/20 Y CON LO CUAL QUEDÓ DEMOSTRADO QUE NO TIENE LA AUTORIDAD PARA EJERCER NI EL OFICIO NI LA MAYOR AUTORIDAD DE LA PESQUISA JUDICIAL.
No solo que da rabia y tristeza el rol jugado por esta entidad. El registro de sus actuaciones contra la dirigencia de la Revolución Ciudadana o de la CONAIE prueban fehacientemente que la actuación direccionada, discriminatoria y con la carga política extrema es su identidad. Y con ella no está garantizado el debido proceso, la gestión técnica y menos aún un procesamiento judicial expedito y efectivo.
Por lo tanto, ahora que han surgido más y nuevos elementos probatorios para demostrar una estructura criminal en el Gobierno de Guillermo Lasso, ¿la señora Diana Salazar tendrá la fortaleza y franqueza de decir que aquí se aplica con más validez el famoso “influjo psíquico”? ¿Por qué antes sí y ahora no?
Es tan extraño que Lasso ordene a la Fiscal actuar cuando los principales sospechosos ya están fuera del país. Ahí no hubo vigilancia ni seguimiento policial, nada de aquellas acciones espectaculares de las fuerzas especiales de la Policía entrando en la madrugada en las habitaciones de personajes públicos y políticos que luego fueron declarados inocentes por la llamada “fuerza de las circunstancias”.
De todos modos, hay que reivindicar algo esencial: LA PRESUNCIÓN DE INOCENCIA, que no aplicó cuando ordenaba prisión contra los líderes de la Revolución Ciudadana, tiene que aplicarse contra todos los integrantes del Gobierno de Guillermo Lasso señalados y con testimonios en la denuncia del medio digital La Posta.
Bajo ese principio deben actuar siempre los jueces, los fiscales y todos los operadores de justicia. Solo así, sin trampas ni subterfugios ni leguleyadas podría recuperar algo de credibilidad la Fiscalía y su máxima representante.
Por ahora, solo esperamos resultados concretos y efectivos. La Fiscalía le queda debiendo a todo el país y ojalá tenga una fiscalización adecuada de los organismos de control. PUNTO.