Editorial de Radio Pichincha
Los comicios del país de Maradona, Gardel, de Evita, de Perón, de Borges y de tantos ídolos de una nación bastante rica en tradiciones y en imaginarios de todo, ayer demostró que la democracia es un sistema de tensiones y disputas, pero que garantiza el pronunciamiento popular con mucha expectativa.
Lo de ayer ocurrió en un momento muy difícil, así como lo ocurrido en Ecuador el 20 de agosto y 15 de octubre último. Con la gran diferencia que allá los candidatos no andaban con chalecos antibalas y cuerpos de seguridad. Lo que sí hay es una crisis económica producto de un ajuste del Fondo Monetario Internacional, que acá se mantiene y serán los dos futuros gobiernos los que tengan que afrontar.
Y con todo y ello el pueblo argentino se pronunció a favor de un sendero de búsquedas, de paz, de orden y de una construcción de valores democráticos, de respeto a las instituciones, sin incertidumbre ni vértigos conspirativos.
Claro, que como acá hubo una campaña sucia, unos medios corporativos y unas redes sociales infundiendo miedo, desasosiego y apostando por eliminar el Estado, imponer la dolarización y en contra de todo el andamiaje de defensa de los derechos humanos.
Sergio Massa, el candidato del peronismo, tuvo 36,5% de los votos. Y con ello no solo desbarató a las encuestadoras y a la Mafia Mediática que daba por hecho que el gran ganador era el neofascista Javier Milei. Y ganó con una propuesta de un gobierno de unidad nacional, para salir de la crisis. Eso llegó a una población bastante politizada, como es la argentina, que no se deja seducir fácilmente por los muñecos de cartón ni de zapatos rojos o esos artificios del marketing.
Con todo y eso hay segunda vuelta. Y será con un Milei que se parece mucho a la vicepresidenta electa del Ecuador en sus postulados ideológicos y en sus propuestas de gobierno.
El entusiasmo de ayer de los seguidores del ganador augura una segunda vuelta muy dura e intensa, porque nadie duda que será también el escenario de lo que acá ya vivimos: mucha plata en la pauta, en la propaganda y también en la campaña sucia.
Por lo visto hasta ahora el eco del discurso de Massa, tras conocer los resultados, es amplio y revela a una gran porción que no se expresa en los medios y donde los medios no llegan.
Finalmente, HA GANADO EL VALOR DE LA DEMOCRACIA Y HA SIDO DERROTADO EL ODIO. PUNTO