No olvidaremos como el Presidente de la República y otras autoridades celebraban a los marines estadounidenses, mientras los privados de libertad transmitían en vivo la matanza en la Penitenciaría, agregó.
Roberto Cuero, asambleísta de la Revolución Ciudadana e integrante de la Comisión de Fiscalización, calificó como torpe y perversa la respuesta del vocero del Gobierno a la crisis carcelaria, queriendo introducir en el imaginario de la población que la culpa de lo ocurrido el pasado viernes 12 de noviembre fue del expresidente Rafael Correa.
“Pero la gente no le cree ni le creerá. Es una afirmación torpe querer generar conmoción social diciendo que el presidente Correa coordinó todo desde Bélgica”.
Aseveró que el régimen de Guillermo Lasso ha perdido el horizonte y la sintonía de lo que está pasando en el sistema carcelario, al punto que la noche que se registró la masacre en la Penitenciaria, el Presidente de la República, el ministro de Defensa Luis Hernández, la prefecta del Guayas, Susana González y otras autoridades estaban celebrando a los marines estadounidenses, pese a que los privados de libertad transmitían en vivo lo que ocurría pidiendo ayuda.
Recordó que en el Gobierno de Rafael Correa se creó una red de emergencia del sistema, un equipo de articulación administrativo a la cabeza del Ministerio de Seguridad compuesto por el Ministerio de Justicia y el Ministerio del Interior, este último a cargo de la Policía Nacional: “Pero en el régimen de Lenín Moreno se perdió el enfoque y regresó a ser Ministerio de Gobierno que se encargaba de todo como política, policía, seguridad y luego supimos que hasta repartía hospitales en la pandemia”.
Detalló que en las localidades existían los Consejos de Seguridad Provincial integrados por autoridades como Prefecto, Gobernador, representante de Fuerzas Armadas, Fiscal provincial y otros: “Eso permitía tener sentados en la mesa a todos los actores que incidíamos en el tema, esto estaba alimentado por el Observatorio de Seguridad Ciudadana que recopilaba los delitos y hechos para presentarlos con estadísticas a fin de analizar el comportamiento del delito y dar respuesta”.
“No se trata de si el modelo es correísta o no, las estadísticas están ahí, bajamos las muertes violentas por cada 100 mil habitantes a un dígito, cambiamos el enfoque de rehabilitación social”.
Aseveró que ahora las cárceles son espacios de hacinamiento terrible con enfoque inhumano, lo que hace de las masacres una crónica de una muerte anunciada: “El Estado tiene que hacerse presente en ese espacio porque si no seguiremos en manos de las mafias organizadas”.