Editorial de Radio Pichincha
La fiscal general del Estado ha pedido una pena de 13 años para el ex contralor ilegítimo, Pablo Celi, tras mostrar varias pruebas y argumentos judiciales que configuran el delito y la razón de la sanción.
Digamos que está bien mostrar al principal responsable, no solo porque parecería que dirigió buena parte de las operaciones y en particular en el denominado caso Las Torres. Pero, a diferencia de lo ocurrido con los funcionarios y autoridades de la Revolución Ciudadana, la fiscal se olvidó de mencionar que ese caso (y otros que tiene en gaveta) ocurrieron desde el despacho de la Presidencia en Carondelet, cuando gobernaba Lenín Moreno y tenía como soportes a todos los actores delictivos a María Paula Romo, además del apoyo político de grupos como CREO de Guillermo Lasso, el Partido Social Cristiano, de Jaime Nebot, entre otros.
Es decir, nada de lo ocurrido estaba fuera de la órbita de esos personajes, porque el MISMISIMO CELI SE ENCARGÓ de evacuar otras investigaciones contra los municipios de Guayaquil y de Quito, por ejemplo. A eso se añade que montó y forjó auditorías con INFORMES DE RESPONSABILIDAD PENAL contra todo aquel que oliera a CORREÍSTA. Pero, eso sí, se calló de todo lo que pasaba bajo el régimen del trujillato, que parió a Celi.
Intentan distraernos con consultas y otras vainas, pero NO PODEMOS OLVIDAR QUE ESE CONTRALOR FINANCIÓ UNA OBRA DE TEATRO PARA LOS PERIODISTAS DE LA POSTA. ¿Eso no fue un peculado por destinar fondos para unas tareas que no son de potestad estatal? ¿Eso evade la responsabilidad de esos periodistas que recibieron fondos públicos para una obra de teatro que no es parte de su labor profesional?
La fiscal Diana Salazar podrá ser todo lo diligente para unos casos y esquiva para otros, pero en este, donde tiene chats con Celi, deja en duda su actuación. No es menor que el propio juzgado ahora le acuse o le increpe pedidos que le habría hecho ella y de eso no se hable. No es mejor, insistimos, que dos altas autoridades, nombras por Trujillo y protegidas y aupadas por Moreno y sus acólitos de la derecha, estén bajo sospecha en sus actuaciones en la investigación sobre el uso, abuso o malversación de fondos públicos en un régimen que se dijo transparente y en realidad montó una tela de humo contra sus adversarios políticos para tapar sus propias trafasías.
¡Qué difícil resulta hacer justicia si se tiene rabo de paja! PUNTO.