Editorial de Radio Pichincha
Empezando por el ministro del Interior, pasando por el comandante de la Policía y terminando en sus jefes superiores hay mucha sospecha sobre todos ellos. Y parece que entre todos ellos se protegen para generar una impunidad que le hace mucho daño al país entero.
El video de un oficial que denuncia sufrir persecución desde que en sus tareas investigativas descubrió conexiones de la mafia albanesa con el poder político en Carondelet. En particular, el famoso caso León de Troya se ha constituido en un baluarte de la impunidad gubernamental. Para eso no temen en amenazar a oficiales honestos o al menos profesionales haciendo su trabajo.
Y un audio donde se escucha al comandante de la Policía informando al ministro del Interior sobre la localización de ese oficial que los denuncia nos amarga y mucho más a quien considera que las autoridades están para hacer su trabajo, no para cubrir sus “pecadillos”.
Todo esto, además, no está en los medios tradicionales, en esas grandes cadenas que hicieron campaña por don Guillermo, menos aún en esos periódicos que se beneficiaron del supuesto periodismo de investigación solo cuando les convenía.
Siempre quedará la duda de por qué don Guillermo no se ha sacado de encima a esos mandos policiales si el embajador estadounidense denunció la existencia de narcogenerales. Parecería que lo tienen bien agarrado de algo, chantajeado con algo, temeroso con algo. Y si pensamos mal no estaríamos equivocados si diríamos que ese algo es el caso León de Troya, ¿verdad?
Pues sí, llegará el día que tengamos todas las piezas del rompecabezas de este asunto, delicado y hasta terrorífico, para entender por qué los mandos policiales no son fiscalizados. O por qué un ministro del Interior miente u oculta información. PUNTO