La candidata presidencial de la Revolución Ciudadana estuvo en Santo Domingo, habló con jóvenes y les animó a no renunciar a sus anhelos.
«No se me desanimen, sigan adelante, si encuentran un muro, trépenlo, túmbenlo. Nosotros, como Estado, les garantizaremos que tengan acceso a mecanismos que les permitan salir adelante», les dijo Luisa González a jóvenes, que la escucharon en un encuentro en Santo Domingo de los Tsáchilas.
Además, expresó su intención de colaborar estrechamente con el alcalde de Santo Domingo, Wilson Erazo, y la prefecta, Johana Núñez, en la búsqueda de terrenos idóneos que ofrezcan condiciones de seguridad, acceso y bienestar para levantar una universidad en la provincia.
La candidata presidencial por la Revolución Ciudadana, Luisa, recibe abrazos, bendiciones y todo tipo de detalles: cartas con pedidos de ayuda y saludos; vestimenta tradicional; animales como la coneja, a la que llamó Victoria (Hasta la victoria siempre). Pero ayer, 13 de septiembre del 2023, incluso recibió una carpeta.
El momento fue grabado en un video, que fue compartido en redes, y muestra la sencillez de Luisa González, quien se sorprende con una espontánea declaración de un hombre de la comunidad tsáchila de Chigüilpe.
En tono jocoso, Emilio, alias Sayana, se presentó y le dijo que supo que ella (Luisa) había pedido ‘carpetas’ de hombres solteros como ella. Luisa es madre de dos hijos, de 29 y 9 años; y cría sola al menor. Luisa se sorprendió y lo escuchó, recibió una carpeta roja, con una hoja de vida, decía que sabe cocinar, lavar, planchar y que es obediente. Además le dio un ramo de flores y un globo en forma de corazón.
La candidata por la Revolución Ciudadana se puso en la misma sintonía, frente al público que quería conocer su plan de gobierno. Y dijo que estaba preocupada porque ya han pasado un par de meses desde que contó que estaba soltera y que nadie había presentado una carpeta (en tono coloquial es pretender a alguien).
Luisa se ganó aplausos y provocó las sonrisas de los asistentes cuando señaló que le interesó el último punto de la hoja de vida, que decía que es un hombre obediente. Y acotó que, «marido que obedece, no padece». Todos sonrieron. Hubo abrazos y más gestos de cariño.