Los socorristas llegaron 30 minutos después del accidente porque se encontraron con la vía bloqueada por vehículos que no les permitían pasar debido a que los conductores se bajaron a grabar con el celular, señaló.
Mauricio Toapanta, fisioterapeuta y socorrista del accidente en Guayllabamba, contó cómo vivió lo ocurrido en el siniestro del pasado sábado 27 de mayo de 2023, que dejó tres personas fallecidas y casi una veintena de heridos.
“Pasamos el puente de Guayllabamba y enseguida escuchamos los pitos desesperados del conductor del tráiler. Cuando tomamos la curva sucedió todo, se dio el estruendo, los primeros autos se chocaron, se oyeron sonidos de hierros destrozados, gritos y una nube de polvo gigantesca”.
El médico Toapanta detalló que cuando se bajo del auto, se encontró con un escenario apocalíptico, pues solo veía hierros retorcidos, niños lastimados, gente desesperada, gritando y clamando ayuda.
“Comencé a buscar heridos y al poco tiempo se unieron más personas especializadas en medicina. Hicimos un mapeo para buscar gente y heridos”
En entrevista con FM Mundo, recordó que al llegar al primer auto siniestrado, encontró a una niña quien ya estaba dando su último aliento de vida y junto a ella, su madre que estaba herida, por lo que le estabilizaron el cuello y la cabeza, para proseguir ayudando a otras personas.
“Al inicio fue duro porque la gente gritaba”.
Para Toapanta, las vidas que se perdieron, se pudieron salvar si los servicios de emergencia hubieran llegado más rápido. Sin embargo se encontraron con barreras para poder ingresar al lugar del siniestro a causa de otros vehículos estacionados, cuyos conductores grababan con sus celulares, en lugar de ayudar removiendo escombros o dando palabras de aliento a los heridos.
“Es lamentable que la humanidad se haya vuelto automatizada, para creer que un celular te va a regalar más likes, cuando se necesita tu accionar”.
Calificó como repugnante que muchas de las personas se colocaran por encima de los hombros de los socorristas para grabar a los heridos o los fallecidos, sin interesarles el dolor de las víctimas.
“Hubo indolencia. La gente en lugar de ponerse a los costados para dejar pasar a las ambulancias”.