Editorial de Radio Pichincha
Parece que nos quedamos atrapados en el tiempo y vivimos un capítulo más en los Gobiernos de Moreno y Lasso. Sí, aunque el ejemplo sea un poco bizarro, todo muestra que es verdad y que se están adoptando las mismas recetas que en los dos últimos Gobiernos, no solo en materia económica y social, sino también en el uso desmedido de la fuerza.
El Presidente Daniel Noboa y su ministra de Gobierno, Mónica Palencia, han iniciado una violenta represión en contra de cientos de comuneros que se oponen a la explotación de sus territorios en la provincia de Cotopaxi.
Según alertan los moradores del sector, más de 500 efectivos de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas se trasladaron a las comunas de Las Pampas y Palo Quemado para forzar una consulta ambiental y permitir que una minera canadiense inicie sus operaciones.
En este contexto, los comuneros denunciaron que los gendarmes usaron indiscriminadamente balas de goma, perdigones y bombas lacrimógenas contra la población civil, incluyendo a adultos mayores, mujeres y jóvenes.
Debido a esto, existen 15 personas heridas y siete de ellas presentan lesiones graves. Además, alertan que existen varias violaciones a los derechos humanos, a los derechos colectivos y a los principios democráticos, por lo que piden que la comunidad internacional siga de cerca este caso.
Y, como si fuera poco, la Fiscalía ya está procesando y criminalizando a 70 indígenas por presunto terrorismo.
Pero, existe una denuncia más fuerte, la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana alertó que existe un grave conflicto de intereses en la explotación de este territorio; ya que, el Grupo NOBIS, de la familia del Primer Mandatario, tendría varias acciones en corporaciones mineras que estarían interesadas en explotar este sector.
Como dice un refrán popular: si se busca resultados distintos, no se debe hacer siempre lo mismo y, en este caso, el Presidente está tomando el mal ejemplo de sus predecesores e intentando cambiar sus resultados. PUNTO