La participación de mujeres en política no debe apuntar únicamente a llenar espacios o cuotas, debe visibilizar sus capacidades académicas y de liderazgo
La participación de las mujeres en las candidaturas se impulsó por primera vez en 1997 con la Ley de Amparo Laboral de la Mujer, cuya normativa indicaba que “se debía contratar un porcentaje mínimo de trabajadoras mujeres, mismo que debía establecer el Ministerio de Trabajo”.
Aunque tuvimos que llegar a 2020 para que, por ley, exista paridad de género en los binomios presidenciales, desde el retorno a la democracia, en 1979, 35 mujeres han figurado como candidatas a la Vicepresidencia del Ecuador y siete lo han hecho como candidatas a la presidencia.
Entre ellas estuvo Martha Roldós, Ivonne Baki y Cynthia Viteri, sin embargo, ninguna alcanzó a llegar a segunda vuelta, a diferencia de Luisa González, quien impulsada por la Revolución Ciudadana es la primera mujer en obtener un 33,5 %, es decir, 3 260 870 votos, ubicándose en primer lugar, sobre sus siete compañeros candidatos.
En caso de ganar, no sería la primera presidenta de la República, pero sí la primera que se posesionaría mediante voto popular, ya que en 1996, Rosalía Arteaga, ocupó este cargo por cinco días tras la destitución de Abdalá Bucaram.
En cuanto a las candidaturas a la vicepresidencia, han figurado mujeres como Zoila Abad en 1992 y Rossana Vinueza en 1996. Ya para 2002, de once binomios que presentaron su candidatura, tres contaron con mujeres. En 2006 la cifra de candidatas aumentó a cuatro. En 2009 solo hubo una, pero en 2013, la cifra nuevamente subió a seis. En 2017, de ocho binomios, hubo dos candidatas.
Sin embargo, durante el mandato de Lenín Moreno, María Alejandra Vicuña y María Alejandra Muñoz llegaron a ocupar la vicepresidencia, aunque lo hicieron por designación de la Asamblea Nacional y no por elección popular. Ya para 2021, de los 16 binomios que participaron, en nueve hubo paridad de género.
Siguiendo esta línea, durante las elecciones anticipadas de 2023, y aunque en primera instancia el Consejo Nacional electoral no pretendía aplicar la paridad de género en binomios presidenciales, tuvo que hacerlo y todos se conformaron por una mujer y un hombre.
La participación de mujeres en política no debe apuntar únicamente a llenar espacios o cuotas, debe visibilizar sus capacidades académicas y de liderazgo. A pesar de los obstáculos y brechas existentes muchas han sobresalido, sin embargo, el camino aún es largo.
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