Entre uniformes y listas de útiles se invierten USD 300 para el ingreso a clases en colegios públicos. Es un verdadero desafío para quienes ganan menos del SBU (USD 450).
Han transcurrido un par de días desde el inicio de clases escalonado en el régimen Sierra – Amazonía. A partir del martes pasado, los estudiantes de diversas escuelas y colegios han regresado a las aulas para el año lectivo 2023-2024.
Previo al inicio de clases, algunos padres y madres de familia acudieron a comprar nuevos uniformes. Otros esperan un ingreso extra pero ya los están cotizando.
Sea porque sus hijos e hijas han crecido y la indumentaria ya no les queda o porque ingresan a un nuevo colegio, la inversión en uniformes incide de manera significativa en los gastos mensuales de los y las jefas de hogar. Muchos de ellos no ganan ni el Salario Básico Unificado (SBU) de USD 450.
Marcia, madre de dos chicos que estudian en una escuela pública de Quito, afirma que «todo está caro». Solo en uniformes para su hijo varón, ha gastado más de USD 150, y eso que no ha adquirido uniformes completos, solo lo necesario.
«Estoy gastando en zapatos, ropa interior, medias y camisas porque las que tiene ya no le quedan. A mi hija, que cursará su último año, no le he comprado nada porque no cuento con suficiente dinero».
Con ingresos diarios de USD 20 como comerciante, Marcia debe destinar parte de esto para la alimentación y los pasajes de sus hijos. Los precios de la lista de útiles también le preocupan. Calcula que requerirá alrededor de USD 70 por cada uno, aunque ese rango, sostiene, puede variar. «Siempre dicen que unos implementos de la lista son opcionales, pero terminan igual pidiendo que los compremos».
A pesar de que el décimo cuarto sueldo podría ayudar con estos gastos, Marcia no puede beneficiarse de este ingreso extra debido a la falta de empleo estable.
«Yo no he comprado nada dentro del colegio», dice Rocio, madre de un joven estudiante de décimo año de básica. Ella sostiene que comprar libros y cuadernos fuera de la institución es considerablemente más económico.
La mujer hace un llamado a las autoridades educativas para que controlen a escuelas y colegios, para que los profesores solo soliciten lo esencial: «El año anterior nos pidieron libros que costaban USD 10 o USD 12 y solo los usaban dos o tres meses, después los dejaban de usar y era dinero perdido».
Rocio, madre soltera, menciona que aunque había planeado ajustarse este mes, es complicado dadas las circunstancias económicas.
«Gano un salario básico, los gastos de inicio de clases equivalen a cerca de USD 300 de mi sueldo. Tengo que dejar de pagar todo durante un mes para que mi hijo pueda continuar sus estudios», relató.
En los alrededores del Colegio Nacional Mejía, ubicado en el centro norte de Quito, un uniforme completo que incluye calentador, ropa de diario y de parada tiene un valor de USD 118. Aunque puede variar según la talla, indica una vendedora. El precio de los zapatos va entre USD 25 y USD 40.
Luis, comerciante de uniformes y zapatos en la zona, indica que el costo de «todo el conjunto», que incluye tres uniformes, medias, zapatos y mochila, podría recibir un descuento. Pero los padres requieren reunir aproximadamente USD 200.
«Recién nos entregaron la lista de útiles», dice Gabriela, madre de tres hijos, quien ya ha comenzado a cubrir el costo de los suministros para sus pequeños. Dos de ellos están en educación inicial y otro en primer grado, para quienes los insumos detallados por el Ministerio de Educación varían.
«Supongo que serán unos USD 40 más por cada uno, aunque esto varía según lo que pida cada profesor. Nos exigen que compremos la lista inmediatamente, pero no estoy segura si podré adquirir todo a la vez debido a las circunstancias».
Gabriela sostiene que el costo de vida está elevado y que, incluso con los escasos ingresos que ella y su esposo tienen, el impacto de estas compras en su economía es significativo.
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