Editorial de Radio Pichincha
La expectativa creada por el presidente Daniel Noboa sobre su consulta popular se fue a los suelos. En otras palabras: todos esperábamos más. Sobre todo, porque las urgencias y las angustias de este país, que no son solo de seguridad, requieren de una respuesta absoluta y muy inteligente de las autoridades, de todos los niveles, empezando por el Primer Mandatario.
Pero no, nos dejó con la boca abierta, ni siquiera de sorpresa o de impacto, sino de tristeza y de un sentimiento raro. Como si fuese esa declaración o ese juramento que hace alguien a su familia, a su equipo o a sus compañeros de trabajo de que les trae buenas noticias, regalos o simplemente una “nueva pinta”.
No deberíamos sorprendernos, eso es real y pragmático. No podíamos esperar más si, empezando por su ministra de Gobierno, se dice una cosa y se hace otra, se anuncian con frases grandilocuentes y termina todo en una nimiedad. Así fue la campaña electoral y lo advertimos en su momento. Así fue su discurso de posesión y ya debimos sospechar que no había planes, un proyecto político en marcha y menos aún una idea del país que vivimos y que tienen la obligación de atender.
En lo que mucha gente coincide es que NO HACE FALTA GASTARSE 80 MILLONES DE DÓLARES EN UNA CONSULTA CUANDO HAY 137 LEGISLADORES QUE PUEDEN TRAMITAR 10 DE LAS ONCE PREGUNTAS DE LA PROPUESTA DE NOBOA.
Hablan mal de la Asamblea y no le dan trabajo con proyectos de ley para sus obsesiones de seguridad. Tienen una mayoría de su lado, bastante cómoda, pero no, les hace falta un baño de popularidad, hacer proselitismo para el 2025 y con ello mantenernos distraídos de lo fundamental: este país tiene una pobreza vergonzante y no hay visos de solución para ello.
Y ya ni qué decir de la novelería de pedirle a la gente que vuelva a pronunciarse sobre los casinos. Pensando mal, ahí queda algo tan oscuro y con una intención tan sospechosa que solo se puede entender que quieran hacer de los casinos la mayor lavandería del narcotráfico.
Ojalá la Corte Constitucional se ponga a la altura de las circunstancias y sea lo más responsable con su propia autoridad para pedirle a Noboa que retire las 11 preguntas y nos “sorprenda” vistiéndose de estadista y de líder de un país que no está para chistes de “Día de Reyes”. PUNTO