George Bush padre murió el pasado viernes y hasta el miércoles, sus restos yacen en la capilla ardiente de la Rotonda del Capitolio, donde algunas personas le dan el último adiós.
Quien fuera el primer director de la CIA en ser elegido presidente murió a los 94 años en la ciudad de Houston, Texas.
En 1988 fue elegido presidente, luego de acompañar a Ronald Reagan como vicepresidente durante dos mandatos. Envió a su país a dos guerras y fue quien invadió Panamá en 1989 con la excusa de detener al excolaborador de la CIA Manuel Noriega. El control del Canal de Panamá dejó casi 3.000 muertos.
También declaró la Guerra del Golfo, tras engañar a Saddam Hussein llevándolo a invadir Kuwait, para luego atacarlo con todo el poder de fuego de última generación. Esa guerra destruyó Irak y dejó una cantidad de víctimas incalculable. Su hijo terminaría la destrucción de Irak, doce años después, colgando, además, de una cuerda al líder iraquí.
Bush se negó a accionar políticas públicas para revertir la propagación del SIDA y se negó a trabajar la prevención del virus. La guerra interna que declaró contra las drogas, lo llevó a la estigmatización y criminalización de los afroestadounidenses. Su lema fue “Necesitamos más prisiones, más cárceles, más tribunales, más fiscales”.
Durante la campaña del #YoTambién en el que mujeres estadounidenses describían abusos sexuales sufridos en algún momento de su vida, aparecieron denuncias por manoseos de parte del expresidente durante sesiones fotográficas.
Con información de Democracy Now!