Editorial de Radio Pichincha
De nada más y nada menos que su sucesor. Si parece que se han puesto de acuerdo para repetir el mismo mensaje con tal de ganar la Consulta Popular, que ya sabemos en dónde terminó con el inefable Lasso.
Para empezar, hay un detalle no menor: NO SE RESPETA EL RESULTADO DE LA CONSULTA del 5 de febrero del 2023. Ya los ecuatorianos decidimos ahí no estar de acuerdo, por ejemplo, con la extradición, pero como les vale un pepino, la vuelven a poner.
Es que ya es una práctica: el pueblo vota por alguien que le ofreció algo y luego hacen lo contrario. ¿No pasó algo parecido con la Consulta sobre el Yasuní? Claro que sí, el pueblo votó a favor de no seguir explotando el campo 43 y llegó Noboa y dijo que no, cuando fue él precisamente quién llamó a votar a favor de ese “asuntico”.
¿Ya nos olvidamos de que Lasso dijo que con la Consulta se resolverían los problemas de inseguridad y cuando la perdió dijo que no importaba aquello porque igual iba a luchar contra el crimen, el narcotráfico y los terroristas? ¿Y qué pasó? Pues todo fue para peor.
Ayer, Jorge Núñez, docente en la Universidad de Ámsterdam y cofundador de Kaleidos, lo dijo con claridad: “La ciudadanía debe estar clara que el problema de la violencia no se va a solucionar con una elección, con una consulta”. Y acotó: “sería importante que el Gobierno muestre cuál es el Plan Fénix y someterlo al escrutinio público, porque de eso se trata la democracia, de dar a conocer las políticas públicas que se están impulsando en materia de seguridad”.
Y desde ayer también circula un video del presidente Daniel Noboa diciendo que “los grupos narcoterroristas ya han manifestado públicamente estar en contra” de la Consulta. De lo que conocemos, de los 22 grupos señalados en el decreto 111, NINGUNO, PERO NINGUNO se ha pronunciado a favor o en contra de la Consulta. ¿O nos equivocamos?
Parecería que la retórica de Lasso se ha instalado de nuevo en los guionistas de Carondelet. Exactamente lo mismo decía el banquero.
Es que ahí no termina todo: envueltos en el dilema de “vivir en paz” y aceptar que todo cueste más y tengamos menos ingresos en el bolsillo, el aparato de poder empresarial y la Mafia Mediática nos quieren hacer creer que primero es la seguridad y después la economía. Y se olvidan, a propósito, y con muy “mala leche”, que una buena economía reduce la inseguridad.
¿O dónde están los expertos que ahora callan y que acolitan al Gobierno en su relato para favorecerlo en sus intereses? Esos expertos hablaban de la calidad de vida como una buena y sustancial vía de asegurar el bienestar y con ello acabar con el caldo de cultivo de la violencia. Pero eran otros tiempos, hoy, como dijo también ayer Jorge Núñez, la academia calla o mira a otro lado. PUNTO