Editorial de Radio Pichincha
El rol de Henry Cucalón y el aparato que le acompaña quedará marcado en la historia como el más perverso para un ministro de la política y de la gestión de un Gobierno. Solo lo supera María Paula Romo cuando repartía hospitales y cargos públicos para evitar la acción legislativa para fiscalizar al, hasta ese momento, el Peor Presidente de la Historia.
Lo ocurrido ayer en la votación para dar continuación al juicio político contra don Guillermo ha demostrado todas las facetas de la peor parte de la política del actual Gobierno.
En principio, hay dudas de cómo se juzgan a los asambleístas de la oposición. Primero se los trata de narcos, de corruptos y de golpistas, pero a esos mismos va presuroso el señor Cucalón y los “compra”. Quizá a sus ex coidearios socialcristianos les sabe cosas o los extorsiona con su pasado o presente político. A otros en cambio, con lo más fácil: ofrecimientos de todo tipo para sus familiares y amigos, con puestos en diversas instituciones.
Algo parecido han hecho con los de la Izquierda Democrática, ahora más con la presencia de Paco Moncayo como “hombre duro” del Gobierno. No era de sorprenderse, pero a última hora se nota que ya la vergüenza es lo último que les importa.
De quien no se esperaba tanta desfachatez es de aquellos asambleístas de Pachakutik que han vendido su conciencia, se han limpiado con la sangre de los muertos de los levantamientos populares.
Ahora, según su relato, votan en contra del juicio porque no quieren que llegue al poder Rafael Correa, como si eso fuese automático. Es decir, ¿están más preocupados por lo que pase en 2025 que lo que ahora pasa con la corrupción del gobierno? ¿O es la muletilla bastante tonta para ocultar la cotización de sus conciencias?
En todo caso, hoy mismo estamos al frente de un escenario donde manda la extorsión, el soborno, el chantaje y el acoso político. Una práctica no tan desconocida por quienes le saben muchas cosas a don Guillermo y al mismo Cucalón cuando era el hombre duro detrás de Jaime Nebot en el municipio guayaquileño. PUNTO