Editorial de Radio Pichincha
Conforme se envían proyectos de ley económicos urgentes, gracias al Estado de excepción, queda más que claro que no hace falta una Consulta Popular ni gastarnos entre 60 y 80 millones de dólares. Y por lo mismo, ahora es necesario una conjunción de labores y de criterios entre la Asamblea Nacional y la Presidencia de la República.
Nos guste o no, por esa vía debe hacerse el acuerdo nacional, con todas sus contradicciones y complejidades. Así es esta democracia, así está la lógica del poder y así se desarrolla un proceso político y económico entre los actores que ganaron las elecciones en agosto y octubre del 2023. Obvio, no solo ganó la Presidencia Daniel Noboa, también triunfaron fuerzas políticas en el poder legislativo. Así lo decidieron los electores.
Hoy más que nunca deben probarse eso que suelen llamar los “contrapesos”. Por supuesto, si Noboa tuviera una mayoría absoluta, propia, no necesitaría ni le haría falta negociar con nadie. Pero la realidad es otra.
Entonces, todos los temas propuestos para la Consulta Popular ya están en la Asamblea, bien sea por iniciativa de legisladores de la Revolución Ciudadana o por los proyectos económicos urgentes. Y siendo así, ahora le toca a la Presidencia de la Legislatura activar los mecanismos y los plazos para su tratamiento. Asimismo, ahora queremos observar la capacidad y la responsabilidad de los 137 asambleístas para trabajar en ese sentido democrático impuesto por la lógica legislativa.
Por suerte ya quedaron atrás y ojalá en el olvido esos espectáculos de los llamados denunciólogos que solo aspiraban al show mediático para luego optar por la Presidencia de la República. Además, es la hora de legislar, la de fiscalizar no puede estar ausente, pero a los que están ocupados en eso que revisen todo lo que dejó en brumas, sospechas y hasta indicios de responsabilidades civil y penal el nefasto Guillermo Lasso Mendoza.
Por supuesto, el debate en general también debe abarcar a la sociedad. Que los medios y periodistas de la Mafia Mediática dejen de lado sus odios y fobias y piensen menos en sus pupos y más en el país donde los pobres requieren respuestas urgentes y sensatas a sus graves problemas que ya no son solo los de la violencia. La economía debe reactivarse, la redistribución de la riqueza hacerse efectiva y la atención social es urgente. PUNTO