El 20 de agosto, también se responderá a la consulta en torno a la prohibición de la explotación de minería metálica en este territorio del noroccidente de la provincia.
El 25 de julio del 2018, hace cinco años, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró reserva de biósfera al Chocó Andino de Pichincha.
Así el Chocó Andino se unió a otras reservas que ya existían en Ecuador, específicamente en Galápagos, Yasuní, Sumaco, Podocarpus-El Cóndor, Macizo del Cajas y Bosque Seco.
Anualmente, la Unesco, según el Ministerio de Ambiente, recibe postulaciones de lugares excepcionales para ser declarados reservas de biósfera. Este título internacional es más que un galardón para áreas de alta biodiversidad. Se trata de un reconocimiento que se otorga a territorios únicos, donde el desarrollo socioeconómico de las comunidades humanas tiende a una relación armónica con el entorno natural, su uso y conservación de recursos.
La Reserva de Biosfera del Chocó Andino comprende un territorio de unas 287 000 hectáreas, de las cuales 137 000 (48%) son remanentes de bosques andinos, 10 000 hectáreas (3.5%) son páramos, y 23 500 ha (8.2%) son ecosistemas arbustivos, según información de la Mancomunidad del Chocó Andino.
Los bosques del Chocó Andino captan la evaporación del Océano Pacífico y generan importantes cantidades de agua, que discurren por las cuencas de ríos como el Alambi, Tulipe, Chirape, Pachijal, Mashpi y Blanco, que aportan agua para consumo humano y usos productivos a las parroquias de Calacalí, Nono, Nanegal, Nanegalito, Gualea, Pacto, Mindo, Lloa y a los Cantones de San Miguel de Los Bancos, Pedro Vicente Maldonado y Puerto Quito, se detalla el sitio web.
El 20 de agosto, gracias a la gestión del colectivo Quito sin Minería, se consultará a la población de Quito, si está de acuerdo en prohibir la minería artesanal y la minería de pequeña, mediana y gran escala en los territorios de las parroquias rurales de Nono, Calacalí, Nanegal, Nanegalito, Gualea y Pacto, que forman la Mancomunidad del Chocó Andino. Actualmente en esa área existen 12 concesiones mineras entregadas y otras seis en trámite.
El Chocó dota de 250 litros de agua, por segundo, a los barrios del norte Quito, según Fred Larreátegui, máster en derecho Ambiental y abogado de colectivo Quito sin Minería.
Además, Quito sin Minería ha reiterado que el Chocó Andino une a dos puntos calientes de la biodiversidad, lo que le otorga varios pisos climáticos. Acoge a 1 960 especies de plantas, que son el 12% de toda la flora ecuatoriana. En sus más de 286 000 hectáreas se cosechan el café de especialidad, el cacao y otras frutas.
En sus bosques se albergan 30 especies de animales grandes como olingos, tigrillos, venados y osos de anteojos. Cada hectárea del Chocó es capaz de absorber 266 toneladas de carbono, ayudando a limpiar el aire de Quito.
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