Los hospitales ya no se abastecen, cada media hora llegan 70 personas heridas. Los médicos han tenido que escoger a quién salvar, agregó el periodista
Qassam Muaddi, periodista desde Taybeh – Ramala, calificó de catastrófica la situación humanitaria en la franja de Gaza, pues los bombardeos de parte de Israel han cobrado la vida de 7 300 palestinos, la mitad de ellos niños, algunos hasta con una semana de edad.
“Un millón de palestinos están desplazados. No hay acceso al agua potable, toda el agua que se consume es contaminada, lo que anuncia una catástrofe sanitaria”, agregó.
El periodista contó que de los 15 hospitales que funcionaban para 2.7 millones de personas, 4 salieron de servicio por falta de medicación, carburante y electricidad.
“La ayuda humanitaria que se dejó entrar es poca”, destacó.
Muaddi manifestó que, por presión de países árabes como Egipto, Catar y la misma ONU, es que se ha permitido el paso de un poco de ayuda humanitaria por el cruce de Egipto, desde hace tres días, pero la mayoría es irrelevante, pues ha ingresado, por ejemplo, una carga de exámenes para Covid, que no sirven de nada.
“Necesitan equipo y medicina para cirugías complicada”, mencionó.
Además, el periodista indicó que la franja de Gaza requiere de un corredor humanitario para sacar los casos difíciles de personas heridas, pues los médicos ya no se abastecen porque a los hospitales llegan 70 personas con urgencia de atención, cada media hora.
“Los médicos tienen que escoger que casos dejar morir y a cuáles salvar. Es una catástrofe humanitaria”, remarcó.
¿Es posible un alto al fuego?
Qassam Muaddi explicó que, desde 1967 Israel viene tomando rehenes palestinos, tal es así que sus cárceles están llenas de al menos 5 000 personas de esa nacionalidad, de los cuales 1 300 no han sido sometidos ni siquiera a juicios, porque no saben de qué se los acusa.
“Sin contar con los otros 3 700 que fueron apresados por tirar una piedra o manifestarse. Por eso Hamás consideró que la única forma de liberarlos era tomar 200 rehenes israelíes”, acotó.
Tras el ataque de Hamás, el pasado 7 de octubre, Israel quiere hacer pagar a la población civil la rebeldía de la agrupación, para que así se entreguen a los rehenes.
Israel ni Hamás quieren dar su brazo a torcer, mientras el primer exige que se entregue a los rehenes para hacer un alto al fuego, el segundo plantea todo lo contrario. Además, para Israel es una cuestión de orgullo, ya que dar su brazo a torcer, parando la masacre, sería como una derrota, según sus autoridades.