El presidente se vio obligado a improvisar anuncios, luego del femicidio de María Belén Bernal.
Punto Noticias.- El femicidio de María Belén Bernal, ocurrido el pasado 11 de septiembre al interior de la Escuela Superior de Policía, dio paso a que el presidente, Guillermo Lasso, anuncie una serie de improvisados ofrecimientos para enfrentar la violencia contra la mujer.
Las promesas fueron desde el derrocamiento del edificio de dormitorios del cuartel policial, hasta la firma de decretos y ejecución de políticas para combatir la violencia de género.
En medio de la conmoción nacional por el caso Bernal, Lasso convocó el 27 de septiembre al palacio de Carondelet a colectivos de mujeres de distintos sectores y luego del encuentro anunció un gran acuerdo nacional para la erradicación de la violencia.
Ese mismo día, anunció que incrementará el presupuesto para aplicar la Ley de erradicación de la violencia en contra de la mujer y que firmará un decreto sobre política de género.
Otro ofrecimiento del gobernante fue la creación de una unidad especializada contra la violencia de género en todas las entidades del Ejecutivo.
El 4 de octubre anunció la implementación del registro único de violencia de género a cargo de la Secretaría de Derechos Humanos, en lugar del ministerio del interior.
Lo curioso es que ninguno de estos ofrecimientos consta en el Plan de Gobierno presentado por Lasso y Alfredo Borrero, ante el Consejo Nacional Electoral, cuando fueron candidatos.
Es más, en ese plan, de 87 páginas, no se incluye ninguna política o acción concreta para erradicar la violencia de género y solo mencionan estadísticas y enunciados líricos.
En el punto 1.9 del Eje Social, denominado La Familia Ecuatoriana, se menciona que “la violencia intrafamiliar y a las mujeres son problemas identificados desde hace mucho tiempo, pero que, desafortunadamente no se implementan acciones efectivas desde el Estado”.
Se incluye una encuesta realizada por el INEC en 2019, que establece que más de 6 de cada 10 mujeres han sufrido algún tipo de violencia a nivel nacional, en algún momento de sus vidas.
Otro dato estadístico mencionado es que el 19,2% de las mujeres sufrieron algún tipo de violencia en algún momento de sus vidas en el ámbito educativo, mientras que el 20,1% en el ámbito laboral y el 32,6% en el ámbito social.
Para revertir estas cifras, el Plan de Gobierno de Lasso no señala acciones específicas con metas, plazos, presupuesto y responsables de la ejecución.
Resalta que “para poder abordar la violencia intrafamiliar se requiere de la participación de todos: familia, Estado, empresas y organizaciones sociales. Trabajaremos muy fuerte para crear una cultura de igualdad de oportunidades.”
Y agrega que el Estado y el sistema de justicia deben ayudar a las mujeres a empoderarse, a través de leyes concretas y una Fiscalía preparada con personal idóneo para investigar los casos e impedir la impunidad.
En definitiva, el femicidio de María Belén Bernal obligó a Lasso a improvisar anuncios para intentar sofocar las críticas a su gobierno, ahondadas por la falta de controles que permitieron la fuga del teniente de Policía, Germán Cáceres, principal sospechoso del asesinato de su esposa.
En una actitud contradictoria a su anunciada contribución para que se aclare el femicidio de Bernal, el presidente se excusó de asistir a la Comisión de la Verdad de la Asamblea, que investiga este caso.