El expresidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, continua sumando sinsabores jurídicos, en el espiral de injusticias que le toca vivir y por el que fue condenado a 12 años de prisión por un delito que no fue probado debidamente.
La presidenta del Superior Tribunal de Justicia (STJ) de Brasil, Laurita Vaz, rechazó de manera conjunta un total de 143 pedidos distintos que demandaban la excarcelación del expresidente.
Todos los recursos de “habeas corpus” fueron rechazados en un mismo acto y en la misma línea que la jueza adoptó este martes para negar una acción similar intentada por un abogado que no integra el equipo de defensa del exmandatario.
Vaz es la jueza que dictaminó que Rogério Favreto no tenía competencia para ordenar la liberación inmediata del candidato presidencial, que está cumpliendo prisión preventiva en la Superintendencia policial de Curitiba.
La jueza del Supremo considera que los tribunales no pueden ser utilizados para reivindicaciones políticas y criticó la cantidad de pedidos en favor de Lula, “que cargan una rutina de trabajo ya de por sí, pesada”.
De acuerdo a Vaz, valiéndose de su condición de juez de guardia, Favreto generó “un tumulto procesal sin precedentes en la historia del derecho brasileño” y desconoció el rechazo a recursos similares en favor de Lula decidido anteriormente por tribunales superiores.
La jueza federal Carolina Lebbos rechazó ayer las solicitudes de entrevistas con medios de comunicación locales, en lo que representaba su participación como candidato presidencial. Para la jueza, aunque sea candidato, sigue siendo un preso y no puedo gozar de la misma amplitud de derechos que los candidatos en “pleno gozo de su libertad”. También se negó la posibilidad de que Lula se comunique por videoconferencia.