Editorial de Radio Pichincha
Ya no solo son rumores o esos comentarios de pasillo o en voz baja de ciertas fuentes. Incluso, funcionarios y ex funcionarios del actual Gobierno hablan de cómo obligan a ciertos mandos a firmar contratos y resoluciones a favor de determinadas empresas que contratan con el Estado y que son afines a los negocios de los ministros y altas autoridades.
Incluso los amigos y allegados al régimen saliente lo denuncian, quizá incluso porque sus empresas no son las favorecidas. Por ejemplo, el analista económico José Alvear alertó que el gobierno de Guillermo Lasso está haciendo compras y contratos de última hora en materia energética, no solo a un alto precio, sino que tampoco servirán para prevenir el estiaje. Resaltó que si el país está viviendo una emergencia eléctrica es por la negligencia del régimen, que durante los 28 meses de gestión no invirtió en un solo kilovatio, cuando la demanda anual de energía tiene un crecimiento del 7%.
Y lo más grave es que, según Alvear, “hicieron compras locas de generadores de electricidad por USD 65 millones sin concurso, licitación o declaratoria de emergencia. La compra se hizo con un intermediario”.
Algo parecido o peor ocurre en las compras públicas muy bien direccionadas a empresas que ponen precios altísimos para las adquisiciones que hace los ministerios, también de última hora.
En otras palabras, se van con ganas de llevarse todo lo que puedan, embolsicarse mucha plata y bajo el pretexto de que no hay quien fiscalice, que la Contraloría está de su lado y una prensa que todo lo tapa, entonces aprovechan el “feriado” de don Guillermo. PUNTO