Yo veo con potencia a Jorge Yunda pese a que no tiene estrategia y le va mal en la gestión, pero es el único que conecta y habla el idioma de la gente, agregó.
Antonio Ricaurte, exconcejal de Quito, considera que a la gente no le interesa los planes de trabajo de los candidatos, ni el futuro de la ciudad, sino que se inclina por el aspirante que conecta más con ellos, el que resulta ser el más bacán.
Para el exfuncionario nadie en absoluto vio los debates porque a nadie le importa, excepto al micromundo político, periodistas y uno que otro empresario, pues los ciudadanos prefieren ver las redes sociales o una película en Netflix.
“Vivimos en un mundo de comunicaciones, la gente quiere divertirse, nadie va a dejar de ver una serie. La gente está harta de personas con traje, la gente odia esa parafernalia del poder”
Sobre el post-debate indicó que al parecer la mayoría de candidatos no tienen estrategia, ni tampoco información de lo que la población quiere o añora, por eso es que no sintonizan.
Ejemplificó con las visitas a los barrios, donde nadie sale a recibir a los aspirantes a la Alcaldía y Prefectura, más allá de las abuelitas, porque a los jóvenes no les llama la atención ni tampoco les conocen.
“No los más inteligentes ganan elecciones, sino los más hábiles, los que tienen estrategia, carisma, no todos son capaces de ganar elecciones, hay gente inteligente y preparada que no es capaz de ganar elecciones”
Mencionó que a 15 días de las elecciones, hay un 75% de la ciudadanía en depresión por falta de empleo, mala economía y sin esperanza en el futuro, sumando que el actual alcalde Santiago Guarderas tiene 85% de imagen negativa y nadie le cree: “Pese a ello todos los candidatos siguen con la misma lógica, aburrida tediosa y plana”.
En este contexto, subrayó que ve con bastante potencial a Jorge Yunda pues es el único con capacidad de conectar y hablar el mismo idioma de los ciudadanos, pese a que no tiene estrategia y por eso le va mal en la Alcaldía.
Aseveró que el ser humano es apegado a quien le cae bien, al bacán del curso, por ejemplo: “De los inteligentes nadie se acuerdan ni del nombre, el más inteligente no es el más chévere, el más bacán sí, y ese bacán gana las elecciones”.