Ahí el desafío es cómo articular esfuerzos para conectar las instancias del GAD y el Gobierno Nacional con un trabajo de la mano de la sociedad civil, agregó.
Paola Maldonado Tobar, integrante de Fundación ALDEA, destacó la invitación que les realizó la Prefectura de Pichincha a fin de unir esfuerzos para que el ejercicio de mapeo y monitoreo tenga un análisis desagregado a nivel de provincia y termine en coordinación entre instancias.
Reconoció que existen expectativas pues en la provincia se está generando una política pública orientada a la erradicación de violencia. Manifestó que con ello sería posible articular acciones y llegar a cumplir lo que dice la ley que habla de prevención.
“El mayor involucramiento tiene que estar en todos los espacios, en el Comité de Barrio, de Padres y madres de familia, club deportivo para que la violencia no siga siendo naturalizada”.
Se refirió a los Warmi Pichincha y puntualizó la importancia de que ya están siendo copados por las mujeres, sin embargo insistió en la necesidad de conectarse con el Gobierno Nacional y la sociedad civil.