Quien tenga muchos contactos argentinos en las redes sociales, debe haberse dado cuenta que durante el fin de semana hubo miles de muros de Facebook que preguntaban “¿dónde está Santiago Maldonado?”. Una pregunta dirigida al presidente Mauricio Macri, a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich,pero fundamentalmente a la Gendarmería Nacional, en quien recaen todas las sospechas, tras la declaración de los testigos y las pericias realizadas en la búsqueda del joven de 28 años.
La foto del muchacho, nacido en 25 de Mayo, provincia de Buenos Aires y quien estaba acompañando un reclamo del pueblo mapuche en la provincia de Chubut, está desaparecido desde el 1 de agosto, cuando se vio a efectivos de la gendarmería subirlo a una camioneta, según relatan los testigos.
Se calcula que unos 460 mil tuits se emitieron con el hashtag #SantiagoMaldonado durante el fin de semana desde más de cien mil cuentas diferentes. Entre las que se destacaron las de políticos, organismos de Derechos Humanos o personalidades de la cultura argentina e internacional.
La ministra de Seguridad ha recorrido múltiples estudios de televisión en los que negó que gendarmería haya tenido vinculación en la desaparición de Maldonado y sostuvo que el caso no debe ser enmarcado en “desaparición forzada”, aunque la propia fiscalía de Chubut la contradice.
Bullrich tuvo unas lamentables declaraciones en las que dijo que “no queremos que de esto se hagan bandos políticos”. Para luego concluir afirmando “en el marco de una preocupación de todos, se quieren plantear bandos, el bando de los que quieren encontrar a Maldonado; y el bando de los que no queremos encontrar a Maldonado”.
En el bando de los que sí quieren encontrar a Maldonado se suman cada vez más argentinos y extranjeros en el mundo que ven con estupor como la Argentina retrocede a los tiempos de la dictadura con estos mecanismos terroristas desde el Estado.