Editorial de Radio Pichincha
Una de las cosas que más valoran los “blanquitos” del Ecuador es que tenemos un país, diverso, pluricultural e intercultural. Por supuesto, lo hacen desde esa mirada folclórica de nuestra realidad, como si se tratara de vender una postal o un “souvenir” a los turistas.
Les encanta decir que nuestro paisaje andino es maravilloso, que nuestra selva es prodigiosa, que los montubios son valientes, así como un millar de lugares comunes. Pero eso sí: se olvidan de que en esos “lares bucólicos” viven seres humanos, hay pueblos y culturas ancestrales, con más historia y con más valor político de quienes creen que por el color de piel o una cuenta abultada en el banco ya están predestinados a mandar sobre el resto del mundo.
Y como en la Mafia Mediática son invitados de “honor” sienten que pueden decir cualquier barbaridad y no les pasa nada, entonces exhiben su racismo, su xenofobia y su intolerancia total.
Claro, son los mismos medios y periodistas que pueden tratar de CABRÓN a Leonidas Iza y NO PASA NADA. Los mismos que se encantan con las primeras damas rubias y bellas, porque con ellas nos mostramos más occidentales que otros, porque así se avergüenzan menos de nuestras mujeres.
Nadie puede negar que son esos “opinadores” los que sustentan el relato racista de este país, que quisieran seguir siendo colonia española o se vanaglorian de tener visa estadounidense y miran desde su color de piel a los demás para humillar.
Uno de esos es el supuesto catedrático ARTURO MOSCOSO. Uno de los frecuentes invitados por los canales y radios de la Mafia Mediática. Con su ropa cara y sus perfumes bien cotizados ha dicho que este país jamás elegiría un indígena para presidente. Así, como si nada, como si dijera que Atahualpa y Rumiñahui bien asesinados están porque no merecían vivir en este país, en estas tierras. O simplemente que, para tener una buena democracia, como en su momento lo dijo su amigo Santiago Gangotena, hay que tener un patrimonio elevador y por esa condición tener derecho a votar.
Bajo ese criterio, fascista, los alcaldes, alcaldesas, prefectas y prefectos, concejalas y concejales indígenas no están justificados en sus cargos.
Si a esto no le llamamos neofascismo no sabemos ya qué otra cosa decir. Hemos llegado al punto que se puede justificar el genocidio en Palestina sin vergüenza alguna.
Dirán que esa es su libertad de expresión, que así es la libertad y la democracia, pero si lo dice en Europa o en los mismos Estados Unidos no daría clases en ninguna universidad. PUNTO