No se puede fiscalizar la obra del Metro pues se trata de una empresa independiente del Municipio, falta transparencia en los procesos.
Paulina Izurieta, concejala, opinó que en el Metro de Quito hay un mal ejercicio administrativo y operativo, pues no se entrega la obra formalmente. Tampoco se aclara la contratación de la operación, no hay homologación de los trenes ni se cuenta con los permisos de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT).
De otro lado indicó que no existe un sistema de recaudo y la administración del alcalde Santiago Guarderas se ha saltado puntos importantes como la reorganización de rutas y frecuencias, sin lo cual no se puede garantizar a los 400 mil pasajeros diarios que necesita el Metro para operar comercialmente.
En ese sentido, indicó que la tarifa técnica para garantizar la puesta en marcha del sistema de transporte es de USD 1,06. Sin embargo en el Concejo Metropolitano se aprobó un pasaje técnico y social a fin de compensar a los adultos mayores y niños.
“Pero algunos concejales se dieron de baja ciertos anexos y el Alcalde tiene que hablar con transportistas para tener pasajeros”.
Sobre las paradas, Izurieta puntualizó que hay una en particular que le preocupa y es la de San Francisco pues la gente debe ingresar por la 24 de Mayo y llegar al andén le tomará 10 minutos, cosa que puede ser grave en una emergencia con un adulto mayor, ejemplificó.
También criticó que no está conectado con el ECU-911, lo cual lo vuelve un riesgo e ineficiente en cuanto a la seguridad. “Es necesario que hasta marzo eso sea resuelto”.
Lamentó que no se pueda fiscalizar la obra del Metro de Quito pues se trata de una empresa independiente del Municipio, lo que impide tener transparencia en los procesos.