Finalmente se cumplió la promesa de campaña de Jair Bolsonaro de facilitar el acceso a las armas de fuego. Así que el presidente brasileño, a través de un decreto cumplió con una de sus principales promesas de campaña.
“El pueblo decidió comprar armas y municiones y nosotros no podemos negarnos”, fueron las palabras del mandatario en el Palacio de Planalto, donde tiene la sede el presidente, luego de firmar la ordenanza.
El permiso no incluye el uso en la calle de las armas, sino que habilita a que una persona pueda tener en su hogar o su lugar de trabajo un arma de fuego.
La Ley Federal del Estatuto de Desarme data de 2003 y dificultaba el acceso a las armas de fuego, ahora la Policía Federal brasileña podrá otorgar la autorización para su uso de manera discrecional, aunque no se podrán tener antecedentes penales y se deberá aprobar ciertas pruebas psicológicas.
Una encuesta publicada el 31 de diciembre por el Instituto Datafolha indicó que el 61 % de los encuestados se mostraba contrario a la posesión de armas de fuego, así que o la encuesta está equivocada o Bolsonaro se envalentonó con una medida con fuerte rechazo social.
El único país donde mueren más personas al año por armas de fuego que en los Estados Unidos es Brasil y eso que no están en guerra.