En Brasil el Supremo Tribunal Federal analiza dos propuestas que intentan tipificar como crímenes los actos de odio contra la comunidad LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales).
Estas medidas se ponen en marcha ya que la violencia contra estos colectivos es monumental en el país sudamericano. Según un informe del Grupo Gay de Bahia en 2018 hubo 420 muertes violentas de homosexuales y transexuales.
El informe además muestra un fuerte incremento en los últimos años con 445 en 2017, contra las 130 registradas en 2011 o las 187 de 2008. De las víctimas contabilizadas en 2018 el 39 % son hombres gays, mientras que el 36 % son transexuales y un 12 % mujeres lesbianas.
El estado más violento es el de Alagoas con 6 muertes por millón de habitantes.
La homofobia y transfobia también están expuestas en el informe, exponiendo casos brutales de apuñalamientos, apedreos y personas quemadas vivas. También se incluye el crimen de la concejal de Rio de Janeiro Marielle Franco.
El trabajo de la oenegé no se queda solamente en la descripción de la tragedia, sino que propone una serie de acciones afirmativas que de ser implementadas por el Estado combatirían la violencia y discriminación. Además de las leyes que criminalicen la homofobia y transfobia también hablan de la necesidad de mejorar la educación sexual en las escuelas.
Ambas propuestas forman parte de las cosas que la bancada evangélica ha prometido combatir desde el Congreso y ahora también desde el Poder Ejecutivo brasileños.