Juan Manuel Santos, el presidente colombiano, parece que encontró la manera de proteger a los defensores de derechos humanos y líderes sociales que asesinan sistemáticamente las bandas criminales paramilitares y las fuerzas de seguridad, desplegar 2.120 soldados en la frontera con Venezuela.
Porque, como todo el mundo sabe, todos los problemas de Colombia, son culpa de Venezuela. Casi podríamos decir que todos los problemas del mundo nacen en Venezuela.
“Tenemos que reforzar más controles migratorios y que sean más estrictos. Que la entrada de venezolanos tenga características controladas, ordenada y dentro de la legalidad”, señaló el presidente.
La reacción fue inmediata tras la visita de Rex Tillerson a los mandatarios de Argentina, Perú y Colombia. Apuntar a Venezuela.
“No se van a expedir a partir de este momento más tarjetas de movilidad fronteriza. Hace un año era distinto, la diseñamos para venezolanos que querían entrar y salir, la realidad desbordó ese objetivo inicial que tenían estas tarjetas de movilidad fronteriza”, explicó Santos desde Cúcuta donde se reunió con funcionarios específicos de temas fronterizos.
Lamentablemente, algunos analistas entienden estas medidas como una primera fase tendiente a atender posibles flujos migratorios derivados de una intervención militar en el territorio soberano de Venezuela. Debemos seguir con mucha atención y alerta los movimientos del terreno geopolítico en la región.